Autonomía, individualismo, independencia, libertad sin trabas
son los slogans que deleitan a la humanidad del tercer milenio. Se presentan como conquistas que asegurarán a quien los posean la felicidad y la dicha. Espoleado por estos acicates el hombre ha creado una sociedad de multitudes pero en la que, curiosamente, se siente solo. Al final, es la soledad el botín real que se ha conquistado después de romper lazos (independencia), de elegir antes mi interés que el ajeno (individualismo), de ser yo mi propia norma (autonomía). Cuando el yo se agiganta, el corazón se vacía de otros, y si no hay otros, por rodeado que esté de gente, el ser humano estará solo. El 26% de los americanos se califica de […]