La prudencia, que no la cobardía, que muchos pretenden disfrazar de prudencia, es virtud necesaria para la política Se la suele desprestigiar calificándola de freno y límite. Pero, en realidad, la prudencia es una virtud que nos impulsa a medir las consecuencias de nuestras acciones, es decir, a meditar antes de obrar o de tomar una decisión. Junto con la justicia, la fortaleza y la templanza, la prudencia integra el grupo de virtudes denominadas cardinales, porque son el fundamento y origen de las demás. Lo contrario de la prudencia es la imprudencia, la temeridad, la inconstancia, la imprevisión. Además, es posible fallar en la recta aplicación de la prudencia, por precipitación, que consiste en decidir que una cosa es buena […]