Cuerpos de hombres, mujeres, niños y ancianos fueron enterrados en fosas clandestinas y pozos en distintos lugares, después de haber sido masacrados por el Ejército o la guerrilla. Los victimarios creían que así borraban toda evidencia; sin embargo, desde 1992, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) ha exhumado miles de huesos que cuentan su martirio. A la fecha han examinado cinco mil 708 restos de víctimas del conflicto armado. El hallazgo de las osamentas es lo que, según los antropólogos, dignifica a quienes murieron masacrados y que en su momento fueron señalados por sus asesinos como guerrilleros o colaboradores de la guerrilla o del Ejército. José Suasnávar, subdirector ejecutivo de la FAFG, afirma que esa fundación ha participado […]