No me digas que este párrafo del Quijote no nos viene como anillo al dedo. Léela, pero sin pensar en Fulanito ni en Menganita: Sucedió, pues, que como el amor de los mozos, para la mayor parte no lo es, sino apetito, el cual, como tiene por último fin el deleite, en llegando a alcanzarlo se acaba, y ha de volver atrás aquello que parecía amor, porque no puede pasar adelante del término que le puso naturaleza, el cual término no lo puso a lo que es verdadero amor. Cervantes, recordémoslo bien, no era ciego y el hombre es el mismo en cualquier época. En otras palabras: eso de golfear ya se estilaba en el Siglo de Oro y desde […]