Si pudiéramos reducir la población mundial en un pueblo de cien personas, de acuerdo a los porcentuajes a nivel mundial, la composición de su población sería: 57 asiáticos 21 europeos 14 americanos 08 africanos 53 mujeres 47 hombres 70 no blancos 30 blancos 70 no cristianos 30 cristianos – 6% tendrían el 59% de las riquezas del mundo, todos de Estados Unidos. – 88% vivirían en chozas. – 70% no sabrían ni leer ni escribir en su propia lengua. – 50% sufrirían desnutrición. – uno estaría naciendo – uno estaría muriendo.

El movimiento antiglobalización es un crisol de ideas tan variado como tantas personas forman parte de él. Pese a ello, el “espíritu de Seattle” tiene una línea ideológica general, que se puede resumir en el siguiente decálogo. 1. La globalización no es mala en sí misma, pero tiene efectos perversos que la hacen dañina. De hecho, los antiglobalización están muy globalizados: su principal herramienta de trabajo es Internet. 2. Sus enemigos confesados son el FMI, BM, OMC y G-7. 3. El neoliberalismo económico se considera un sistema “genocida” a escala mundial. 4. El movimiento es asambleario: la opinión de cada persona cuenta lo mismo. 5. La deuda externa de los países más pobres del mundo debe ser cancelada inmediatamente. 6. […]

Yo me atengo a lo dicho: La justicia, a pesar de la ley y la costumbre, a pesar del dinero y la limosna. La humildad, para ser yo verdadero. La libertad, para ser hombre. Y la pobreza, para ser libre. La fe cristiana, para andar de noche, y, sobre todo, para andar de día. Y, en todo caso, hermanos, yo me atengo a lo dicho: ¡LA ESPERANZA! Fuente/Autor: Pedro Casaldáliga

Nos van conquistando los sucesivos imperios. Nos arrancan las entrañas de la Madre Tierra. Nos hacen esclavos o dependientes o subdesarrollados. Y, a la postre, ¡resulta que somos nosotros los deudores! De una deuda “externa!, porque no la hemos hecho nosotros. De una deuda “eterna”, porque no se pagará jamás. Que ya hemos pagado, sin embargo, con creces, con hambre, con miseria y con muerte prematura. Que no la queremos pagar, porque es pecado “mortal” cobrarla y pagarla. ¿Cuándo nos pagarán el oro, la floresta, la sangre, la paz, el futuro, que nos han arrancado? Pagar la deuda externa es morir. ¡Y nosotros queremos vivir! “No matarás”, no cobrarás deudas mortales. Pagaremos, eso sí, todos juntos, La única deuda, la […]