Nos gusta la palabra “siempre”… Nos alivia pensar que nuestros hijos vivirán durante toda nuestra vida, que los amigos estarán a nuestro lado hasta el final… que todos los embarazos llegarán a término, que todos los bebés nacerán sanos, y vivirán por muchos años. Nos empeñamos en jurarnos amor para toda la vida, aún sabiendo que es sólo una expresión de deseos… En el amor, como en la vida, los “siempre”, los “para toda la vida”, los “nunca”, nos calman…nos eximen de pensar en lo peor, en la muerte, en los imprevistos, en el dolor, en la injusticia, en los imponderables… Y cuando las cosas no salen como hubiéramos querido, siempre podemos culpar a Dios, al destino, a la mala […]