PLAYA DEL CARMEN, QR. El caribe mexicano es un polo para marginados. Llegan aquí hombres que hablan poco español, desde comunidades en los Altos de Chiapas, para buscar empleo en la construcción. Les llaman los “chapitas”. Entre turistas, se marca más su segregación racial. Cientos esperan aglutinados al contratista. Un terrible contraste entre glamour y necesidad. Duermen a la intemperie hasta que los emplean. La mayoría gana 600 pesos a la semana. No tienen garantías en caso de accidente ni prestaciones. “Venimos acá, y vemos todo aquí que no reconocemos, esa es mi palabra, pues. La vida de nosotros es sufrimiento, su vida es bien. Ellos (los turistas) mandan con su dinero”, dice Leonardo López Hernández, de Comitán. Llegan de […]