El Adviento que Dios quiere no es sólo un tiempo, es una actitud profunda. No es tiempo cronológico, sino tiempo espiritual. Y, siempre puede ser adviento, superando los límites del calendario. El Adviento auténtico -en espíritu y verdad- es el que cultiva y desarrolla la esperanza, es el que enciende todas las lámparas de la espera, es el que abre todos los oídos de la escucha, es el que dispone cuidadosamente el alma para la acogida. Tiempo de esperanza, decimos, pero esperanza significa muchas cosas. Decir esperanza es decir deseo, confianza, paciencia, vigilancia, compromiso, valentía, alegría, humildad, paz. El Adviento que Dios quiere es que abras bien las velas de tu nave y que pongas el motor en marcha; que […]