En esta Cuaresma, que acaba de terminar, quedé impresionado en ver el gentío que acompañó a Cristo en las diferentes procesiones aquí en la Capital: hombres, mujeres, jóvenes y niños, todos unidos, expresando su tradiciones y su fe. Primero los cucuruchos habían hecho largas filas afuera de los Templos para sacar turno, y en el mero día de las Procesiones unos jóvenes iban cargando al Apóstol Juan y las muchachas a la Virgen María y en seguida la grande anda con el Cristo con la Cruz a cuesta, en medio de adornos alusivos a un mensaje bíblico. Algo verdaderamente hermoso. Por la 15 Ave. de la Zona 1 una gran manta decía: Señor, bendice la Casa del Migrante y el […]