Juanito era un hombre corriente. Tenía poco dinero, pero mucha felicidad. Estaba contento y satisfecho de su vida. Un día, mientras paseaba por la calle, se encontró quinientas libras entre la basura. Sorprendido y sin darle crédito, cogió el puñado de billetes. Su primer impulso fue llevarse el dinero a casa; pero, después de un instante, mirando el dinero que tenía en sus manos, le habló así: – Eres un tesoro; pero, ¿realmente te necesito? Hasta ahora nunca te he tenido, y he sido perfectamente feliz, mientras que he visto a muchos de mis vecinos cargados de billetes como vosotros, y sin embargo desdichados. No quiero ser como ellos. Prefiero ser lo que soy sin vosotros. No, no os necesito. […]