“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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Rincón Vocacional

Una camiseta

27 de enero de 2020

, 10 días y un cambio de vida inesperado… así fue cómo en Granada, puedo decir que nací dos veces. Allí vi la luz del mundo en el verano de 1975 y fue también en un verano del 1996 donde reconocí en mi vida, la Luz del mundo.

Un verano da para mucho y decidí dar de mi tiempo e ir a un campo de trabajo al cuál me habían invitado por aquel entonces mis vecinas las monjas. Estaba organizado por Dominicos/as, dirigido a jóvenes de toda España. Me fui a Granada abierta a esa nueva experiencia que tanto me apetecía vivir, lejos de mí quedaba que aquellos días cambiarían mi vida. Llevaba una camiseta con un lema: “Cambia tu vida para cambiar el mundo”, ¡qué fuerte!, ¿cambiar mi vida para cambiar el mundo? Un lema, una pregunta que al final encuentra una respuesta.

Fue un tiempo de gracia, de compartir con jóvenes de distintos lugares de España y a la vez de tocar otras realidades dentro del mundo que vives, se abre un abanico de personas que sufren, necesitadas, tuvimos la oportunidad de palpar otras vidas en el mismo mundo en el que yo vivía pero a la vez “apartadas del mundo” o de ese mundo que no nos gusta mirar de frente, estuvimos con niños de familias problemáticas, personas en psiquiátrico, transeúntes, etc., ante mis ojos aparecían vidas que me llegaban al corazón y algo en mí se empezó a mover interiormente, surgían muchas preguntas. La propia vida es conducida por Dios en cada acontecimiento aunque ni lo veamos, de eso tengo la certeza desde lo que voy viviendo ¡ay las vueltas que da la vida! y por los caminos que el Señor te lleva.

Aquel campo de trabajo dio un giro enorme a mi vida, sé que hubo un antes y un después, me sentí elegida por Dios y esa euforia de lo que se vive a tope, de lo que una se llena con una alegría inexplicable, por su gracia me llevó a cambiar mi vida para “intentar” cambiar el mundo con mi aportación como religiosa.

Han pasado unos años, guardo el regalo de aquel verano clavado en mi corazón, escuché la voz del Señor y el campo de trabajo continúa desde la alegría de lo que soy con su gracia. “Soy Yo quien os ha elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure…”. (Jn 15,16)

Fuente/Autor: Hna. Ana Isabel Pérez

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