Hola jóvenes sin fronteras, esperando que el amor de Dios reine en sus corazones me dirijo a ustedes con un cordial saludo. Mi nombre es Eduardo Lupercio Preciado, soy originario del estado de Jalisco, del municipio de Tepatitlán de Morelos, de una comunidad hospitalaria de llamada, Capilla de Milpillas, Jalisco.
El 02 de Noviembre celebramos mi segundo cumpleaños en la comunidad scalabriniana y me ha llenado de alegría compartir estas celebraciones recordando el gran regalo de la vida como un Don de Dios. La celebración de mi cumpleaños comenzó desde el sábado primero de enero en la playa de Santa Cruz en Huatulco, Oaxaca, debido a que nos encontrábamos allá por la ordenación de Juan Pablo, nuevo sacerdote en la comunidad. Al llegar de la playa comenzamos a bailar con la comunidad de Santa María el Limón y en un espacio me cantaron las mañanitas y me aventaron al aire mis compañeros.
El día dos al compartir los alimentos con la familia que me hospedó, también compartieron este bello día para mí, y al llegar al lugar citado con mis compañeros y los formadores, cantaron las mañanitas y me volvieron a aventar al aire. Este gesto tan hermoso me llena de felicidad al compartir ya mi segundo cumpleaños en familia como miembro de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos. Yo los invito jóvenes sin fronteras a que no tengan miedo de darle ese SÍ generoso a Dios en la vocación como misionero. Es necesario dejar que Jesús toque nuestro corazón y le respondamos a ese llamado.
Me despido agradeciendo a Dios el Don de la vida, ese regalo hermoso de compartir en el amor con la humanidad, a mi familia por acompañarme en cada momento de mi etapa formativa y también agradecer a los Misioneros de San Carlos por el amor que comparten conmigo para que mi formación vaya germinando y dando fruto en el servicio a Cristo en la persona del migrante. Animo Joven no tengas miedo y sigue el amor de Dios en la aventura de la misión como scalabriniano.
Fuente/Autor: La Redacción