Las cifras expuestas son imponentes, pero parece que el fenómeno migratorio no ha alcanzado su apogeo, ya que a pesar de las dificultades interpuestas por la ley, votada hace dos años y que limita la obra de los agentes de emigración; a pesar de los desengaños y de los gritos de dolor, que de tanto en tanto atraviesan el Atlántico, que nos hacen temblar y ruborizar, a pesar en fin, de las prohibiciones gubernamentales, el doloroso éxodo continúa. Señores, el hecho es que la emigración italiana, que fue y está alimentada por nuestras tristes condiciones especialmente agrarias, que fue y es estimulada sin medida por los agentes de emigración y por la necesidad de brazos para sustituir a los esclavos liberados en Brasil, responde en su conjunto a una verdadera necesidad del pueblo italiano y está en relación con el aumento anual de su población. No se trata, por lo tanto, de un fenómeno transitorio, sino de un fenómeno que tiene todas las características de un hecho permanente. El italiano es uno de los pueblos que tiene mayor aumento anual de población. Aumenta en razón del 11 y 12 por mil, y es superado solamente por el holandés que se honra de un excedente de los nacidos sobre los muertos del 13 por mil.
Por lo tanto, a pesar de la ingente emigración, la población del Reino aumenta, y en pocos años nuestras hermosas comarcas tendrán un máximo de densidad.
Según cálculos exactos, aumentando la población como en los pasados 20 años, los italianos dentro de un siglo serán 100 millones, de los cuales, admitiendo también, debido a una extensa colonización interna, de poder hospedar dentro los confines del reino otros l0 millones y de alcanzar así los 45 o 50 millones – ya que tantos podrían caber en Italia si todas sus regiones tuviesen la densidad de población de Lombardía – tendríamos siempre un inmenso pueblo de otros 50 millones, que se esparcirá, en el siglo venidero, por el mundo, impulsado por una fuerza a la que en vano se resiste, la lucha por la vida. ¡50 millones de italianos, señores, dispersos sobre la faz de la tierra como hojas llevadas por un torbellino!
– 1era Conferencia sobre emigración – Roma 8 – 02- 1891-
Fuente/Autor: UNA VOZ VIVA