Tú eres, Señor Jesús, modelo del hombre libre,
camino cierto para hacer andadura,
paso a paso, por la tierra.
Tú eres amanecer de cada noche
que al hombre dormido en su sueño despierta.
Tú eres el hombre de la soledad en busca del Padre.
Tú eres el hombre de la intimidad serena.
Tú eres el hombre de naturaleza callada.
Tú eres el hombre de la oración eterna.
Tú eres el hombre de la relación humana.
Tú eres el hombre de la Palabra cierta
dejada en los caminos de la vida, en la montaña,
como anuncio de la Humanidad nueva.
Quiero integrar los valores de mi vida,
dados en gratuidad de un corazón a manos llenas.
Quiero aceptar el barro de mis limitaciones,
y hermanarme en el espacio de mi pobreza,
con lo que es mío, con lo que yo soy,
ese hombre en tensión de espíritu y tierra.
Quiero hacer unidad de mi corazón repartido
en cosas que se mueren y están muertas.