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Quince años y nada

27 de enero de 2020

Este Sábado cumple años el Padre Carmelo Hernández Angulo. Ver en la Sección de Cumpleaños.

Ignoran aún si la agresión fue directa contra el prelado o si en realidad se trató de una confusión entre dos bandos de narcotraficantes.

Guadalajara, México

Un año más y el móvil del multihomicidio ocurrido el 24 de mayo de 1993 en el Aeropuerto de Guadalajara en el que murió el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, y seis personas más, aún es un misterio para las autoridades.

Quince años han pasado desde entonces y el caso en vez de aclararse se pierde entre la duda de saber si la agresión fue directa contra el prelado o si en realidad se trató de una confusión entre dos bandos de narcotraficantes.

Actualmente, en el Juzgado Cuarto de lo Penal se han desahogado 135 diligencias, de las 180 que ordenó la Primera Sala del Supremo Tribunal, luego de la reposición de juicio del expediente 20/2001-C ordenada en febrero del 2006.

Las 55 diligencias restantes aparentemente se concluirán entre septiembre u octubre próximos, y la dilación en ellas se debe a que algunos testigos no han sido localizados para tomarles su declaración, comentaron fuentes extraoficiales del juzgado.

Entre los pendientes existen cuatro órdenes de aprehensión, entre éstas la de Alfredo Araujo Ávila, alias “El Popeye”, presunto miembro del Cártel de los Arellano Félix, detenido en enero del 2008 en México con armas de uso exclusivo del Ejército.

“El Popeye” operaba en Sinaloa así como Baja California y encabezaba a los sicarios llamados “Los Logans”, quienes supuestamente fueron contratados para asesinar a El Chapo Guzmán.

Sin embargo, el comandante de los sicarios no ha rendido su declaración en torno al asesinato de Posadas Ocampo.

El 24 de mayo de 1993, cuando ocurrió el crimen, se señaló que “El Popeye” y su grupo estaban en el aeropuerto tapatío para salir del Estado, ya que no habían encontrado a El Chapo.

Las versiones oficiales han señalado que la muerte del Cardenal se dio por confusión al enfrentarse los grupos del Cártel de Tijuana con los de Sinaloa.

Pero la Iglesia insiste en que los disparos fueron directos y no por confusión o fuego cruzado.

En el 2000, la Arquidiócesis de México publicó un artículo en el que señala que fue un crimen de Estado para que no revelara nexos del narco con altos funcionarios.

En mayo del 2007, MURAL publicó que tras el homicidio de Posadas Ocampo, los hermanos Arellano Félix pagaron 10 millones de dólares al entonces director de la Policía Judicial Federal, Rodolfo León Aragón, con la intención de desviar las investigaciones.

El jueves pasado ésta redacción dio a conocer que mediante un libro editado por la Arquidiócesis de Guadalajara, presentado ayer en la Ciudad de México, se revela que en el 2001 un sacerdote le envió una carta escrita en latín a Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo de Guadalajara, en la que le explicaba que el asesinato del Purpurado fue directo e Intencional.

En el documento “La Verdad Os Hará Libres”, José Uribe, padre de la diócesis de Cuernavaca, señala que el Obispo Luis Reynoso, pese a que oficialmente aceptó la tesis de la confusión, le dijo en 1999 que el homicidio fue premeditado.

Fuente/Autor: Grettel Rosales – Mural

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