Jesús, en ti me confío,
me encuentro en estos momentos en la frontera,
en un país que no es el mío,
decidido a pasar aunque sé que es contra la ley.
No lo hago por desafiar los reglamentos
de esta nación, sino por necesidad.
¡Es la desesperación que me hace cruzar así!
Es la pobreza económica en que me encuentro
y el aprieto de buscar una salida para mi familia.
Yo creo, Señor, que soy ciudadano del mundo
y de una Iglesia que no tiene fronteras,
por eso te pido me concedas…
llegar a mi destino sin inconvenientes, ni obstáculos.
Sólo quiero la paz y la tranquilidad para todos.
Guía mis pasos y dame esa fuerza para enfrentar
esos retos que me aguardan. Pero ante todo,
que se haga tu voluntad y no la mía.
Amén