San José, esposo de la Virgen María, tú viviste con
entusiasmo sin igual la vocación que Dios te encomendó
de proteger y sostener al Hijo de Dios, Jesucristo, en sus
primeros años de vida, en aquél hogar de Nazaret. Tú
supiste ganar el pan de cada día y le enseñaste el duro
trabajo en tu taller.
Te pido hoy ruegues a tu hijo Jesús para que pueda yo
encontrar un trabajo según mi dignidad humana y no sea
explotado vendiendo mis labores por engaño o por un
salario injusto. Reconozco que debo trabajar para que yo
y mi familia, que dejé en mi tierra, podamos vivir
honradamente. Por eso te pido a ti, compañero de trabajo,
que guíes mis pasos en busca de trabajo y pronto empezar
a ganar lo que tanto necesito y que tanto esperan en casa.
Aléjame de los vicios y de las malas compañías, para no
caer en tentación. Te pido que intercedas por mí, ante tu
hijo Jesús, a quien cuidaste con tan esmerado celo de padre.
Amén