“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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Scalabrini

Para el bienestar religioso, moral y civil de nuestros emigrados

27 de enero de 2020

De los Escritos y Discursos de Juan Bautista Scalabrini

Todos, hermanos e hijos muy queridos, continúen empleando todo el ingenio y las fuerzas que poseen para el bienestar religioso, moral y civil de nuestros connacionales y aun empeñándose por mantener vivo en ellos el amor por la madre patria, cuídense de fomentar entre ellos cualquier cosa que pueda separarlos de sus nuevos conciudadanos o desligarlos como sea de los demás fieles. Corresponde a ustedes actuar de tal manera que los italianos no tengan que distinguirse sino por un mayor respeto a la autoridad, por una conducta más ejemplar, por una laboriosidad más grande, por un cumplimiento más exacto de sus deberes, por un apego más vivo a la fe de sus padres. Buenos como son y naturalmente católicos, ellos responderán fácilmente, como lo han hecho hasta ahora, a las preocupaciones de ustedes, siempre que los vean a ustedes laboriosos y desinteresados.

En todas las cosas sean para ellos modelos del buen actuar, en las palabras, en la pureza de las costumbres, en la seriedad, de tal forma que, como escribe el Apóstol, el que está en contra de ustedes los respete, no teniendo nada malo que decir de ustedes. Siguiendo su ejemplo, les repetiré con San Bernardo, hagan honor a su ministerio. Vean que digo ministerio y no señorío; ministerio y no ustedes mismos. Harán pues honor a su ministerio, no con vanas ostentaciones, sino con inmaculadas costumbres, con las solicitudes espirituales y con las obras santas.

Obra de evangelización confiada al celo y a la sabiduría del episcopado americano.

Ahora le puedo asegurar que hoy la Sagrada Congregación romana ha leído con el más vivo placer aquellas hermosas páginas en las cuales Su Excelencia demuestra muy bien la importancia de la obra que he emprendido y en las cuales hace notar con justicia que de su éxito no depende solamente el porvenir de tantos católicos italianos lanzados más allá de los mares por la emigración, sino también el éxito de la gran obra de evangelización confiada al celo y a la sabiduría del episcopado americano. Efectivamente, los hombres están demasiado acostumbrados a deducir conclusiones lógicas y rigurosas de los acontecimientos que suceden a su alrededor. Hoy más que nunca, el sistema experimental tiende a prevalecer. Es, por lo tanto, natural que sus compatriotas protestantes, viendo la ignorancia y la indiferencia religiosa de un gran número, por no decir, de la mayoría de los emigrados italianos, lleguen a la conclusión que la vida cristiana debe ser muy poco intensa en nuestro país, si tantos hijos suyos pierden tan fácilmente la fe y abandonan la práctica de los deberes más elementales del cristianismo. Ahora bien, como Italia no es solamente un país exclusivamente católico, sino que es el centro de nuestra Santa Iglesia y la sede de su Jefe Augusto, tenemos como consecuencia, como Su Excelencia hace resaltar muy bien, que los protestantes, son propensos a creer que el catolicismo está en decadencia y que la causa de esta decadencia es sin duda la ausencia de fe y de virtud, causada por la impotencia de los sacerdotes o por su negligencia culpable.

Estos errores, sin duda hay que combatirlos; pero es necesario sobre todo hacer desaparecer las causas principales que los generan; ahora bien, de la prosperidad y del éxito de la obra que he emprendido, depende el alivio del mal que nosotros deploramos y que es también perjudicial para la propagación de la fe en América, si no se conservan las tradiciones cristianas y los principios del catolicismo en los millones de emigrados italianos que habitan el continente americano.

Por estos motivos la Propaganda recibió mi obra con el más grande beneplácito y ve con placer que ella es apreciada por el episcopado americano y en particular por Su Excelencia, que es uno de los obispos más famosos y doctos del Nuevo Mundo.

Fuente/Autor: Una Voz Viva

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