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Obispos de México llaman al voto libre y consciente

27 de enero de 2020

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado a los fieles católicos del País y a las personas de buena voluntad para que manifiesten su presencia en la vida pública de la Nación –dentro del saludable pluralismo que construye el sustento de una auténtica democracia– y promover la participación de todos los ciudadano en este importante momento que atraviesa el Estado Mexicano.

Por la persona humana, por los valores

En un comunicado firmado por Mons. José Guadalupe Martín Rábago, Obispo de León y Presidente de la CEM, los obispos de México reiteran que una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana y una sana moral: «La Doctrina Social de la Iglesia advierte que el relativismo moral es uno de los mayores riesgos para las democracias actuales, pues induce a considerar inexistente un criterio objetivo y universal para establecer el fundamento y la correcta jerarquía de valores. Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política, entonces, las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como lo demuestra la historia».

Consolidar la democracia

En el documento, el Episcopado Mexicano recuerda las palabras que el Papa Benedicto XVI les dirigió durante su visita Ad limina Apostolorum (A la casa de los Apóstoles), en las que el Pontífice les dijo que las elecciones de este año «representan una oportunidad y un desafío para consolidar los significativos avances en la democratización del País». En este tenor, los jerarcas católicos consideran que nuestro País está en condiciones de consolidar la democracia, fortalecer sus instituciones y dar un paso adelante en el logro de las reformas estructurales que tanto se requieren para el auténtico desarrollo de todos los mexicanos. Por eso, los obispos hacen un llamado a diversas instancias para que asuman su responsabilidad durante el proceso del 2 de julio: «El Instituto Federal Electoral es el regulador designado, y el Tribunal Federal Electoral, la instancia de resolución de posibles conflictos. Su responsabilidad el 2 de julio es básica para la serenidad y trabajo común de los próximos años. Es importante que los ciudadanos exijan a los candidatos el reconocimiento de los resultados oficiales; quienes no hayan resultado electos, que muestren su madurez y amor por el País… De los candidatos necesitamos campañas propositivas; de los partidos políticos, austeridad en los recursos económicos; de los órganos electorales, imparcialidad; de los medios de comunicación, verdad y equidad; de todos, respeto y colaboración con quienes resulten electos, asumiendo lo positivo que se haya propuesto en la campaña, sin que importe su procedencia».

Responsabilidad en la participación

El mensaje de la CEM asegura que la democracia representativa quedaría trunca si no se continúa en una democracia participativa: «Todos debemos participar, tanto en esta etapa electoral, como después de la misma… Los obispos recordamos a los fieles laicos que de ningún modo pueden abdicar de la participación en la ‘política’; es decir, en la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común. Su compromiso político es una expresión cualificada y exigente del empeño cristiano al servicio de los demás».

Acciones ineludibles

Haciendo eco del pensamiento social de la Iglesia y de las declaraciones respecto a los derechos humanos, los obispos hacen énfasis en siete puntos, para que sean tomados en cuenta en las plataformas de los candidatos, que de seguirlos, México caminaría por la senda de la auténtica democracia:

a. El fortalecimiento y las condiciones de vida digna para las familias y de educación para los hijos.
b. La promoción integral del empleo para terminar con la migración de nuestros connacionales, quienes emprenden un camino, a menudo sin retorno, a los mercados laborales de Estados Unidos, buscando allá, entre mil dificultades, lo que en su Patria no pudieron encontrar.
c. La promoción de la mujer para que encuentre plenos espacios de participación en condiciones de igualdad con el varón, y para que se supere toda forma de violencia hacia ella. Favorecer una legislación para la mujer trabajadora, que le permita cumplir la misión, querida por Dios, como portadora de la vida humana.
d. La integración de los indígenas, obreros y campesinos al desarrollo humano y social del resto del País como miembros de pleno derecho; pues la deuda histórica con ellos, en cuestión de justicia y equidad, es enorme.
e. Que piensen en gobiernos incluyentes; que sean capaces de dialogar sobre los puntos de coincidencia para llevar a cabo la reforma del Estado y apoyar políticas públicas que beneficien a los más desprotegidos.
f. Que se impulse una economía al servicio de la sociedad y el desarrollo humano, no una sociedad al servicio del mercado o de grandes intereses particulares.
g. Finalmente, que el Estado no regule y domine todo, sino que, generosamente, reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio.

Cualidades de un candidato

Por último, el comunicado hace un llamado al voto consciente, a la participación en la vida pública: «Se vota para elegir una autoridad cuya acción esté siempre al servicio de la promoción integral de la persona y del bien común». Los obispos sugieren algunos puntos, como referencia, para discernir cuál es el candidato más adecuado:

a) Coherencia
¿Cómo ha sido la vida del candidato(a)? ¿Qué relaciones hay entre lo que dice y lo que hace? ¿Está preparado para gobernar una nación con 103 millones de habitantes? ¿Conoce nuestra historia, nuestra identidad?

b) Capacidad de diálogo
¿Está el candidato(a) abierto(a) al diálogo? ¿Sabe escuchar o impone sus condiciones? ¿Es transparente? ¿Rinde cuentas del dinero público que financia su campaña? ¿Toma a la sociedad mexicana como una aliada o como un escalón para sus intereses de grupo?

c) Conocimiento social y económico
La postración en la que se encuentran millones de familias mexicanas, particularmente los indígenas y los trabajadores del campo, hace necesaria una renovación de la vida integral de nuestra sociedad, una mejor distribución de la riqueza y un aliento decisivo a la creación de empleos dignos. ¿Está el candidato(a) capacitado(a) para ello? ¿Tiene la sensibilidad de entender la situación de los pobres y, al mismo tiempo, la técnica suficiente para hacer un servicio eficaz en su promoción y en su desarrollo humano integral?

d) Experiencia política
¿Los programas de los partidos, y sobre todo sus experiencias de gobierno reflejan el cumplimiento de normas de justicia, honradez, eficacia, fomento de la solidaridad, promoción de la participación?

e) Amor y defensa de la vida humana
¿Está el candidato(a) comprometido(a) en defender los valores de la vida desde su inicio hasta su término natural; la familia, fundada en la unión estable de un hombre y una mujer; la libertad de empresa; la propiedad privada y comunal; la promoción de la justicia y la paz; el orden público; la colaboración entre los diferentes grupos sociales y el reconocimiento de las iniciativas de la sociedad civil?

f) Reconocimiento y colaboración con las Iglesias
¿Tiene claro que la libertad religiosa es más que la libertad de culto, y que es un derecho humano fundamental? ¿Impulsaría una reforma constitucional para alcanzar la libertad religiosa en nuestro País?

Fuente/Autor: • Arnold Omar Jiménez Ramírez/El Semanario

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