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Noticias

LOS MISIONEROS SCALABRINIANOS Y EL MAR

27 de enero de 2020

4 de octubre 2010
Estimados cohermanos,
Les envío este mensaje recordándoles dos celebraciones en el mundo del mar.
La primera, la proclamación del “2010, Año del Marinero” por parte de la Oficina
Internacional para los Marineros (IMO).
La segunda, es la celebración del 90° aniversario de fundación del Apostolado del Mar ocurrida en Glasgow
el 4 de octubre de 1920 por obra de algunos laicos que deseaban poner remedio a la situación de abandono
en cual caían los marineros católicos de aquel tiempo.
En este ambiente, debemos inserir también el compromiso de nuestro Fundador, el cual quería la presencia
de scalabraninianos en los puertos y en los navíos que hacían el pasaje entre el Viejo y el Nuevo Mundo,
transportando miles de emigrantes en busca de un futuro mejor.
Aunque si la atención de los primeros Scalabrinianos era principalmente directa a la protección y a la
asistencia de los emigrantes, no se puede excluir que no se dirigiera también a los tripulantes de los navíos.
Este compromiso de la Congregación en el mundo del mar es asumido con el servicio de capellanes de bordo
en las embarcaciones de cruceros, especialmente en los Estados Unidos; en Italia con la Dirección Nacional
de los Capellanes a bordo, y la toma del Apostolado del Mar de Buenos Aires, Cape Town, Kaohsiung,
Manila, Montevideo, Ravenna, Río de Janeiro, Río Grande y Santos, y más recientemente, la “Dirección del
Sector del Apostolatus Maris del Pontificio Consejo para los migrantes e itinerantes”.
En este momento hay cerca de 1.5 millones de marineros que viven y trabajan en condiciones bastante
difíciles. Por razones de seguridad, de hecho, en muchos puertos su libertad de movimiento es limitada,
mientras que en el mar, arriesgan continuamente la vida con: peligros naturales, secuestros por parte de
piratas y escaza protección legal en caso de incidentes o desastres ecológicos.
En los últimos años la globalización revolucionó la industria marítima, la tecnología ha desarrollado
embarcaciones siempre más grandes y veloces, la mecanización de los puertos ha aumentado la rapidez de
las cargas y descargas de productos y los tripulantes se han internacionalizado. Los puertos se han convertido
puntos de encuentro de una humanidad constituida de marineros en busca de respuestas a las necesidades
materiales y espirituales, en los tiempos breves impuestos por el ritmo de trabajo siempre más agotador. Las
embarcaciones (especialmente los cruceros), con sus tripulantes internacionales, se han convertido en
microcosmos de humanidad en el cual se reza a Dios en una babel de lenguas. Las familias en los países de
origen necesitan ser sostenidas y animadas en los largos meses de ausencia del marinero.
Los centros “Stella Maris” dispersos por todo el mundo son un puerto seguro donde encontrar ayuda y
refugio, especialmente cuando los derechos humanos fundamentales son violados.
Este año, específicamente, en el cual la Iglesia y la sociedad civil nos invitan a poner atención a los
marineros y a los pescadores, podría convertirse en una ocasión especial para lanzar un proyecto a favor de la
gente del mar.
En este sentido, la Dirección General, a través del Secretariado general de los Sectores Específicos y Laicos,
convocó a los scalabrinianos comprometidos en el apostolado del mar “para que este sector sea constituido
como grupo específico para reforzar en trabajo en red” (C.G. XIII, n.6, a) Deseo, por ello, invitar a cada una
de las Provincias a ampliar los horizontes del compromiso pastoral hasta incluir también “el mar”, para
redescubrir esta dimensión de nuestro carisma, para abrir fronteras nuevas a nuestra misionariedad, también
en una línea ecuménica e interreligiosa, para ofrecer espacios variados de trabajo a misioneros y jóvenes
religiosos en formación y, además, para dar salida a tantas capacidades y cualidades de los siempre más
numerosos laicos Scalabrinianos que piden hacerse compañeros en nuestra misión.
Pidamos a la Virgen María, Estrella del Mar, de iluminar y guiar nuestro camino de fidelidad a nuestro
carisma al servicio de los migrantes, refugiados y marineros y sus familias.
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Fuente/Autor: P. Sergio Geremia

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