Las actividades de los vigilantes pueden tornarse violentas, advierten defensores. Se llevaron ofrendas en recuerdo de los muertos.
Si bien las organizaciones de vigilantes no han tenido éxito en detener el tráfico de indocumentados, diversos grupos pro derechos de los migrantes de ambos lados de la frontera advirtieron que estas acciones sí han contribuido a la estrategia del gobierno de Estados Unidos de desviar a los trabajadores hacia zonas cada vez más remotas y peligrosas.
Al hacer un balance de las actividades que estos grupos desarrollaron desde julio pasado hasta este lunes, las organizaciones legales de asistencia de migrantes informaron que, entre los preparativos de los tradicionales Días de Muertos, un grupo de activistas viajará al poblado de Holtville, en el Valle Imperial de California, donde yacen abandonados los restos de 350 migrantes no identificados.
Al mediodía se entrará al cementerio en procesión, cargando flores de cempasúchil y otros adornos tradicionales, así como un estandarte con la siguiente leyenda: “Los migrantes no identificados, por su gobierno olvidados”.
En un comunicado reportaron también que el gobierno mexicano prepara un sistema para identificar a los migrantes “sin nombre”, pero al parecer será sólo para los que han perdido la vida recientemente y no hay planes para rescatar del anonimato a unas mil personas enterradas a lo largo de la frontera estadunidense.
Mientras tanto, en Tijuana se instalará un altar dedicado a los migrantes muertos en su intento de entrar a Estados Unidos. En esta ocasión la ofrenda se levantará en la zona de playas, donde la Patrulla Fronteriza acaba de edificar una nueva barda, esta vez con barrotes. En lo que va del año ya se registran más de 430 muertes, cifra sin precedente.
Hay que destacar que los llamados cazamigrantes, que desde el pasado julio se han desplegado para “vigilar” la línea divisoria entre California y Baja California, ya anunciaron que suspenderán sus actividades a partir de hoy, dado el acostumbrado “bajón” en los cruces a finales del año, por el regreso de muchos trabajadores indocumentados a sus lugares de origen en territorio mexicano.
Claudia Smith, del proyecto fronterizo California Rural Legal Assistance Foundation, expresó su preocupación por el anunciado regreso de los cazamigrantes para después de las vacaciones de diciembre. Sin embargo, anunció que la red de protección y asistencia a los trabajadores indocumentados redoblará esfuerzos.
Dijo que no tuvo ningún sentido que los llamados minutemen escogieran el sector de San Diego, innegablemente el tramo más vigilado de la frontera. Por tanto, no es de sorprender que el resultado de sus operativos fuera casi nulo. En todo caso, hay indicaciones de que el poco tráfico de indocumentados en las zona se desvió para evitar un encuentro con los cazamigrantes.
“Que quede muy claro: estos civiles armados no tienen ningún parecido con los programas de vigilancia vecinal a los que estamos acostumbrados”, insistió Luis Natividad, de la agrupación Latino/Latina Unity Coalition.
Sin embargo, también advirtió que existe un peligro latente con estos grupos de cazamigrantes, que es el que uno de ellos, ansioso de entrar en acción, le pueda disparar a alguien.
“Además, los grupos antimigrantes con tintes paramilitares atraen a grupos de racistas blancos que buscan enfrentamientos violentos”, puntualizó David Valladolid, del Latino Policy Institute.
Un par de niños en Ciudad Juárez busca la manera de cruzar la frontera para llegar a El Paso, Texas, muy cerca de la estación de trenes que utilizan los indocumentados para tratar de internarse en Estados Unidos FOTO J. Guadalupe Pérez
Fuente/Autor: JOSE ANTONIO ROMAN / Jornada sin Fronteras