“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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Scalabrini

JUAN BAUTISTA SCALABRINI Y EL PAPA

27 de enero de 2020

Reflexiones del Beato Juan Bautista Scalabrini sobre el Papa.

“El árbol de la Cruz y la roca del Vaticano”

¿Ustedes quieren cooperar con la salvación de la sociedad? Yo les propongo dos apoyos igualmente inquebrantables, el árbol de la Cruz y la roca del Vaticano. El árbol de la Cruz que en cada siglo envió a los Apóstoles para la difusión de la gracia, a los mártires para el testimonio de la fe, que disipó con su luz las tinieblas del paganismo, que reunió a las gentes dispersas para santificarlas, del cual vino la sabiduría a los niños, la fortaleza a los débiles, el consuelo a los afligidos, el heroísmo a las vírgenes, la resignación a los pobres y a los perseguidos, la virtud para todos; que llamó al hombre a la nobleza de su origen, levantó de su envilecimiento a la mujer, rompió las cadenas de la esclavitud, proclamó para todos la libertad de hijos y abolidos los sacrificios de sangre, irradió la misma muerte con la gloria de la inmortalidad.

La roca del Vaticano, donde reside el heredero del principado de Pedro, el Vicario de Jesucristo, el maestro infalible de la Iglesia, el doctor de todos los fieles, el centro de la unidad católica, el vencedor de las profanas herejías, el fundamento de todas las Iglesias, el glorioso León XIII.

Unidos al Crucifijo, unidos con la mente, con el corazón, con las obras al Papa, valientemente, sin restricciones, sin titubeos, en la vida y en la muerte nosotros no fallaremos para alcanzar la gloriosa meta y Dios estará con nosotros. (Discurso sobre el SS. Crucifijo – 1880)

“El Papa es la piedra fundamental de la Iglesia”

¡El Papa! Es el personaje más augusto y más venerado que haya sobre la tierra. Es el sucesor de los Apóstoles, el Obispo de los Obispos, el Maestro infalible de la fe y de las costumbres, el Juez inapelable de todas las controversias, el centro de la unidad católica, el pastor supremo de las almas, la piedra fundamental de la Iglesia, el depositario de las supremas llaves, el lugarteniente de Dios; es, para decir con pocas palabras, Jesucristo sobre la tierra que continúa enseñando y gobernando a todos los creyentes.

¿El Papa enseña una verdad? Es Jesucristo quien la enseña. ¿El Papa manda? Es Jesucristo quien manda. ¿El Papa condena? Es Jesucristo quien condena. ¿El Papa absuelve? Es Jesucristo quien absuelve. (Carta Pasoral – Cuaresma 1893)

“¿Quién es el Papa?”

Los sentidos no ven en él más que un hombre semejante a los otros hombres, pero la fe nos dice: él es el sucesor de Pedro, antes bien, es Pedro mismo, siempre vivo en la persona de sus sucesores, con toda esa plenitud de jurisdicción y de autoridad que, como jefe de la Iglesia, tuvo Pedro: Perseverat Petrus et vivit in successoribus suis [Pedro continúa y vive en sus sucesores] (…).

Es voz poderosa que repite a las generaciones humanas los oráculos del Verbo hecho carne; es la roca inexpugnable de la fe, el fundamento visible de la mística Jerusalén, la piedra inquebrantable del edificio divino, la boca de la Iglesia, el pastor del redil católico, el conductor supremo de la milicia cristiana, el monarca del reino celestial, el que tiene las llaves de la casa de Dios, el vigilante centinela de Israel, el piloto de esa nave que no conoce naufragios (…).

No hay Iglesia de Jesucristo sin el Papa, por el contrario, allí dónde esté el Papa, está la Iglesia, como afirma San Agustín: Ubi Petrus, ibi Ecclesia, ya que la Iglesia y el Papa, al decir de San Francisco de Sales, forman una sola y misma cosa (…).

¿Quién es el Papa? Es la piedrita infalible del mosaico, la piedra de comparación para distinguir, en todo tiempo, al católico del herético y del cismático, es el centro de la unidad cristiana en el cual es necesario que converjan los fieles diseminados sobre toda la faz de la tierra. Quiten la unión con este centro y tendrán la confusión, el desbarajuste, el desorden (…).

¿Quién es el Papa? Es el principio original de todo poder sacerdotal y episcopal, en el gobierno de las almas; es la causa instrumental creadora, conservadora y propagadora de la Iglesia Católica, es el corazón, diríamos así, del mundo cristiano, el sol que en todas sus partes difunde torrentes de luz y de vida (…).

¿Quién es el Papa? El es sobre todo un padre, y tal padre que, después de Dios, nadie es más padre que él: Nemo tam pater. Es éste el más hermoso título de su grandeza, su más noble gloria. Jesucristo hizo la solemne transmisión de su autoridad, poco antes de subir al cielo, a todos los apóstoles juntos, pero la parte afectiva, paterna quiso comunicarla principalmente a uno solo; y este es Pedro. Dijo a todos: Con la misma autoridad con la que el Padre me envió a mí, yo los envío a ustedes; pero sólo a Pedro dijo: Si me amas, apacienta a mis corderos, apacienta a mis ovejas. En Pedro unificó el amor de su autoridad paterna, con el fin que desde él, como desde fuente fecunda, se derivara a todos los demás (…).

Nosotros llamamos al Papa con el dulce nombre de Padre, Santo Padre, Beatísimo Padre, justamente porque es viva imagen de El que es santidad por esencia y desde quien proviene toda paternidad en el cielo y en la tierra. (Öbolo de San Pedro – Bolonia 1900 – Carta Colectiva de los Obispos de la región emiliana, redactada por Mons. Scalabrini)

En la imagen: Papa San Pío X bendice a Scalabrini antes de su viaje a Brasil.

Fuente/Autor: Una Voz Viva

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