Contempla a Jesús llamando a Mateo a ser uno de sus apóstoles. Jesús pasa junto a él y le dice: “Sígueme”. No hace falta más explicaciones. Basta la persona de Jesús.
Esta sola palabra de Jesús, le basta a Mateo par sentir en su interior la llamada del Señor y responderle sin titubeos. Mateo “se levantó y le siguió”.
¡Qué hermosa lección! Jesús llama y Mateo responde
Escucha en tu interior, como Mateo, la llamada de Jesús: “Sígueme”… Óyela una y otra vez… Hazte eco de esta llamada… Luego haz actos de fe en Jesús y de acción de gracias .
Creo Jesús que como a Mateo me llamas a seguirte en tu servicio… Gracias, Señor, por tu llamada, por tus muestras de amor para conmigo…
Señor, que como Mateo, responda sin titubear, sin poner condiciones, fiándome de tu palabra… Que inmediatamente me ponga a tu servicio… Examina tu interior… ¡Cuántas condiciones pones al Señor!… Pídele perdón por tu infidelidad, por tu cobardía…
Únete a Jesús en esta llamada a Mateo e invoca al apóstol para que como él, respondas a la primera, sin miedo, sin condiciones… Toma una resolución.
Jesús elige libremente a sus doce apóstoles… Son gentes sencillas… Les da poder sobre los espíritus inmundos… y para sanar a los enfermos… Contempla a Jesús eligiendo a cada uno de sus apóstoles… Les llama por su nombre…
¡Qué suerte la de estos apóstoles… Ser elegidos por Jesús. . . !
Y los envió a predicar la Buena Noticia…
¿No sientes en tu interior que Jesús también te elige a ti… Que te comunica su poder gratuitamente?… Jesús te llama por tu nombre.. . Oye su llamada. .. Aleja de ti todo ruido que impida escuchar su voz… Purifica tu corazón… Siente sobre ti el poder del Señor… La acción de su gracia…
Dale gracias al Señor porque te ha elegido como a los apóstoles . . .
Jesús instruye a sus apóstoles: No seáis como los gentiles… Sed mis testigos ante los hombres… ¿Es así mi vida?… ¿Soy como los demás hombres?… ¿Con mi obrar se me distingue que soy enviado de Jesús? Proclamad que el Reino de Dios está cerca.. Que Jesús está en medio de nosotros… Que nos ama… Que nos salva… Apliquemos a los demás el poder que nos ha dado Jesús de curar, de eliminar las dolencias… Vivamos cerca de los necesitados… cerca del prójimo… preocupado por sus necesidades. Demos gratuitamente lo que gratuitamente hemos recibido… ¿No es verdad que nos cuesta dar gratuitamente?… Pide perdón al Señor por las veces que has dado exigiendo respuesta…
Jesús nos pide que saludemos a los demás… Si hay acogida vendrá la paz sobre ellos… Y sino, no temáis, mantened la paz, salid de allí y caminad a otro lugar… No queráis juzgar a esas gentes. El Señor los juzgará en el día del Juicio… No os dejéis contaminar por sus pecados… ¡Qué difícil es esto Señor!… ¡Cuánto nos cuesta aceptar el fracaso, el reproche, el desprecio de los demás… Ayúdanos Señor a mantener la paz en nuestro interior…
Jesús llama a los dos hermanos Pedro y Andrés cuando estaban echando la red en el mar, y a los dos hermanos Santiago y Juan cuando estaban arreglando las redes con su padre. A los cuatro les dijo: “Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres”. Y ellos, al instante, dejando todo le siguieron.
Jesús llama sencillamente. Caminando por la ribera del Jordán los ve y les dice: “Venid conmigo”. A los cuatro los llama estando en medio de su trabajo de pescadores. Y los llamó directamente, sin rodeos: “Venid…”. Y ellos, también sin rodeos, sin titubear, sin poner condiciones, dejan todo y le siguen. .
También hoy, Jesús sigue llamando de la misma forma: sencillamente y sin rodeos te dice: “sígueme”. Estas en tu actividad de familia, de escuela, de amigos, de oración, de juego…. y oyes en tu interior la voz suave de Jesús que te dice: Ven… Sígueme…
Como estos cuatro discípulos, responde al instante: Te sigo… Deja todo. y sigue a Jesús… No pongas condiciones: que soy joven, que tengo que estudiar, que todavía los padres son jóvenes y me cuesta separarme de ellos. que tengo unos amigos y no puedo abandonarlos, que me gustan las chicas, etc…
Contempla esta escena de Jesús llamando a los discípulos junto a la ribera del mar de Galilea. Mar en calma… Unos pescadores echando las redes al mar, y otros, más adelante, remendando sus redes… Y a Jesús caminando por la ribera… Llega a la barca de Pedro y Andrés, y les dice: ‘Venid conmigo…” …Camina y llega a la barca de Santiago y Juan y les dice: “Venid…”.
Imagínate esta escena una y otra vez. Métete en la barca de Pedro, y luego en la de Juan; y escucha la voz de Jesús… Como a ellos, te llama a ti… ¿Qué le responderás? …Sé generoso… No pongas condiciones… Merece la pena.
Luego dialoga a solas con Jesús y estos cuatro discípulos… Pídeles generosidad como la de ellos.
Jesús recorre ciudades y aldeas predicando el evangelio dei reino, y curando toda clase de dolencias y enfermedades… Jesús camina… Jesús predica.., Jesús cura,..
Contempla a Jesús, lleno de amor al Padre, hambriento de predicar la buena noticia a las gentes, cómo peregrina de ciudad en ciudad, de aldea en aldea… Tiene compasión de la gente que vive como ovejas sin pastor, desorientada, sin rumbo en la vida, alejada del Padre… Penetra en el corazón de Jesús… Pídele que te comunique el amor al Padre, el Cero de predicar el evangelio a las gentes…
¡Cuántos a tu alrededor viven desorientados, descarriados, afanados únicamente en las cosas terrenas, alejados de Dios… ! ¡Cuánta gente en ciudades y aldeas, en otros países, en el Tercer Mundo, no han oído hablar de Jesús, de su mensaje…!
Con Jesús, exclama: ”Señor, la mies es mucha, mas los obreros pocos… Envía, Señor, operarios a tu mies…”
Señor, hazme uno de esos operarios…, hazme generoso…
Examina tu interior.., ¿No es verdad que alguna vez has sentido la llamada de Dios?,,. ¿Cómo has respondido ¿Cómo Jesús o te has echado para atrás?.,. No te hagas sordo a esta llamada de Jesús… Escúchala con amor.,, Dialoga con Jesús… Prométele que vas a responder ”SI” desde lo hondo de tu corazón…
Hoy como en la época de Jesús, sigue mucha gente, caminando por la vida, como ovejas sin pastor… El grito de los pobres, de muchos pueblos hambrientos y con grandes necesidades, sigue clamando… Mira cómo vive tanta gente en Africa, Asia…, en barrios pobres… Y tú ¿cómo vives?… No te hagas sordo al clamor de los pobres… Este clamor es el de Jesús… Toma una resolución…
Fuente/Autor: Reflejos de luz