Señor…
Soy pobre y mi familia también,
ilumíname para vivir dignamente.
Soy desempleado y no hay trabajo,
ayúdame a no darme por vencido.
He decidido ir en busca de mejor vida,
dame el valor para hacerlo.
Dejo familiares y amigos,
a tí los encomiendo.
Tengo miedo a lo desconocido,
pero en ti confío.
No sé el futuro que me espera,
aunque creo que por mí velas.
Ya no quiero sobrevivir…
enséñame el camino para vivir.
No tengo papeles, ni conozco el camino,
me voy luchando contra la muerte.
Quiero ganar y retornar,
ver de nuevo mi familia, y ser feliz.
Pero sólo me queda…
¡Confiar en ti!