Cristo, tú que estás en todas partes, mírame que estoy
lejos de mi hogar; al igual que tú -cuando eras pequeño-,
tengo que abandonar la tierra que me ha visto nacer.
Por ello, Jesús, te pido me ayudes y me acompañes en
este peregrinar; que a donde vaya, no me olvide de ti, ni de
la gente que quiero. Protégeme contra toda la adversidad,
escóndeme de la maldad, sé tú mi guía en este caminar; haz
que no decaiga mi ánimo, en este duro caminar.
También, Señor, te doy gracias por este nuevo día y por
el don de la vida que nos das. Ayúdame a vencer los
obstáculos de hoy, y dame fuerza en la desesperación.
Confío, en que no me dejarás solo, así como no
desampararás a mi familia.
Amén.