Señor, al andar lejos de casa,
te pido que la fe que recibí de mis padres
siga fuerte.
Aléjame de los vicios y de las malas
compañías, para que ande siempre
por los caminos de la justicia;
y que nunca me olvide de ti.
Orienta mis pasos, impulsa mi entusiasmo
y ayúdame a cumplir tu voluntad.
Dame un corazón noble y generoso,
y una vida fecunda,
para que lleno de tu gracia
y fortalecido en la fe,
encuentre en mi peregrinar
consuelo y paz en la tribulación.
Virgen Santísima protege mi vida
y la de mi familia.
Amén.