De los Escritos de Juan Bautista Scalabrini
En medio de esta creación silenciosa y muda faltaba una lengua para bendecir al Señor, faltaba un corazón para amarlo. Dios creó al hombre, y dándole vida a los labios quiso que toda la naturaleza pudiese encontrar una voz que fuese como el himno de la adoración y del agradecimiento. Esta voz que sube hasta Dios en nombre del universo, del cual el hombre puede decirse el órgano y el representante, es justamente la voz de la oración.
Sí, queridísimos, cuando nosotros oramos, es el universo que ora en nosotros y con nosotros, es el universo del cual nosotros somos un compendio, son todas las criaturas que tomando una voz y un alma, alaban, bendicen, agradecen, glorifican, exaltan a Aquél que las sacó de la nada: Benedicite, omnia opera Domini Domino [Creaturas todas del Señor, bendigan al Señor].
La Oración – Piacenza 1905
Fuente/Autor: Una Voz Viva