“Jesús, después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4,2) ¡Queridos hermanos y hermanas! Al comenzar la Cuaresma, un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor la oración, el ayuno y la limosna para disponernos a celebrar mejor la Pascua y, de este modo, hacer experiencia del poder de Dios que, como escucharemos en la Vigilia pascual, ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos (Pregón pascual). En mi acostumbrado […]