Lunes 03 de noviembre de 2008 WASHINGTON, USA La vida de Nathalie Contreras, hija de inmigrantes indocumentados de México y El Salvador, es una constante lucha entre la lealtad que debe a su país de nacimiento Estados Unidos, y la defensa de los derechos de la comunidad inmigrante, donde se pierden sus orígenes y sus raíces. Quizá por ello, cuando el martes acuda a depositar su voto, lo hará en medio de sentimientos encontrados. Votaré por el cambio, pero lo haré con una gran carga de frustración porque ni Barack Obama ni John McCain han hablado suficiente del problema migratorio que afecta a millones, aseguró Nathalie durante una conversación telefónica, mientras hace guardia en un campamento instalado a un costado […]