CIUDAD IXTEPEC, Oax. Al guatemalteco Antonio Medina no le importó cumplir 27 años, el pasado 12 de agosto, tratando de cubrirse durante un fuerte aguacero entre las matas de espinos que crecen a las orillas de las vías del tren. Al menos recibí la felicitación de mi hermana Catalina, dice. Antonio y Catalina llegaron un día antes al refugio de migrantes de Ixtepec, un entronque ferroviario a 350 kilómetros de la frontera con Guatemala, luego de caminar durante cinco días desde desde Arriaga, Chiapas. Lo bueno es que ya vamos camino al reencuentro con nuestros hermano, dice Antonio. El destino de los hermanos es Miami, aunque aún quedan cientos de kilómetros por recorrer de territorio mexicano hasta la frontera con […]