Matthew Dowd, asesor del Partido Republicano, señala que el debate migratorio en Estados Unidos está mal enfocado; ignora que la población en México crecerá menos en los próximos 20 años. Habrá más empleos y menos búsqueda de trabajo. El problema se resolverá solo, afirma.
Martes 02 de agosto de 2005
Austin, Texas.- Con casi 6 millones de mexicanos viviendo ilegalmente en Estados Unidos, algunos estadounidenses, particularmente los que viven en estados fronterizos, están cada vez más preocupados por los costos de la inmigración ilegal y han exigido mayores esfuerzos para detenerla.
“Minutemen” modernos patrullan la frontera; votantes aprueban medidas para limitar los derechos de los inmigrantes ilegales y senadores debaten leyes para establecer programas de trabajadores huéspedes. Ciertos funcionarios electos y expertos sólo centran su atención en los peligros que representa la inmigración ilegal para anotarse algunos puntos políticos.
Pero las probabilidades apuntan a que habrá una reducción sustancial de la inmigración ilegal proveniente de México en los próximos 20 años, y no a consecuencia de los patrullajes fronterizos de civiles, o de las leyes que están siendo aprobadas, o de los pronunciamientos políticos o, como a algunos les gustaría, de la “construcción de un muro en la frontera”. Más bien, la causa serán las tendencias demográficas que hay en México, y que han sido largamente ignoradas en el debate migratorio.
La tasa de crecimiento poblacional en México ha caído en más de 50 por ciento durante las últimas cinco décadas, de acuerdo con Naciones Unidas. El índice de crecimiento anual se ha reducido, de aproximadamente 3 por ciento en 1960, a 1.3 por ciento en la actualidad y se prevé que seguirá disminuyendo en las primeras décadas del siglo 21; la ONU pronostica que para el año 2050 la tasa será negativa. Consecuentemente, el índice de fertilidad en México también ha sufrido una caída significativa, de 6.9 hijos por mujer en 1955 a 2.5 en la actualidad.
Hoy en día, la tasa de crecimiento poblacional en México es apenas ligeramente mayor que en Canadá, donde datos recientes revelan que es de 1 por ciento . Hace 25 años México tenía una tasa de crecimiento de más del doble que la de Canadá.
¿Qué significa todo esto? El envejecimiento de la población en México, aunado a la expansión económica mexicana, significa que habrá más empleos en México, provocando que menos jóvenes se trasladen a EU en busca de trabajo. Esto es particularmente cierto en el caso de una economía como la mexicana, donde, de acuerdo con una reveladora estadística, el desempleo de los jóvenes cayó, de 9.6 por ciento en 1995, a 4.1 por ciento en 2001.
Un reciente estudio del Pew Hispanic Center muestra el cambio que ha sufrido el perfil migratorio que llega a EU proveniente del sur. Pew predice que la proporción de inmigrantes de primera generación en el total de la población hispana se reducirá en una tercera parte para el año 2020 con respecto a 40 por ciento de 2000. Eso significa que la cantidad de inmigrantes de primera generación disminuirá en casi 20 por ciento como proporción del total de la población hispana en EU.
Si la tendencia continúa, podría significar que la migración ilegal mexicana ya llegó a su punto más alto y ahora va a disminuir; en términos llanos, implicaría que el problema se está resolviendo por sí mismo.
¿Cuál sería el efecto práctico de todo esto? Sugiere que cualquier proyecto a largo plazo para cerrar la frontera entre México y Estados Unidos podría simplemente servir para derrochar un dinero que podría ser más útil empleado en otras cuestiones.
Lo que es más, las empresas que dependen del flujo constante de inmigrantes ilegales a quienes pagan menos para mantener los costos reducidos restaurantes, granjas, empresas de la construcción probablemente tendrán que adaptarse incrementando salarios y beneficios para poder atraer a inmigrantes legales o ciudadanos.
Y conforme esas tendencias se vuelvan más evidentes para el público, los políticos que están empleando una plataforma antimigratoria se verán relegados. Aunque la política de estos funcionarios pueda parecer exitosa en el corto plazo, en los siguientes 10 años la realidad pondrá en entredicho sus aseveraciones.
¿Necesita EU seguir preocupándose por su seguridad fronteriza y por el terrorismo? Definitivamente. ¿Necesitamos, como sociedad, averiguar cómo lidiar con los inmigrantes ilegales sus familias que ya viven en EU? Por supuesto.
Pero también es cierto que legisladores y agencias gubernamentales deben invertir más tiempo y recursos en solucionar los problemas de los migrantes que ya están aquí y en nuestras necesidades directas en materia de seguridad, y mucho menos en leyes restrictivas destinadas a detener la inmigración ilegal mexicana. Debemos estar conscientes de las transformaciones históricas que están ocurriendo en la sociedad mexicana para no estar combatiendo una guerra que ya está llegando a su fin.
Fuente/Autor: Matthew Dowd/The New York Times/El Universal online