Editorial

SIGAMOS PASO A PASO EL ENCUENTRO DEL PAPA CON LOS JÓVENES EN COLONIA

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de GALERÍAS DE FOTOS.

Ofrece Papa discurso a jóvenes desde un barco

La cruz que tradicionalmente acompaña las Jornadas de la Juventud y que se había montado en la nave, cayó a consecuencia del fuerte viento. El fallecido papa Juan Pablo II regaló la cruz al movimiento que organiza la celebración

Colonia, Alemania
Jueves 18 de agosto de 2005

El Papa Benedicto XVI hizo hoy un llamado a miles de jóvenes que se congregaron a orillas de río Rhin para escucharlo hablar desde un barco a “saber tomar las decisiones necesarias” en la vida.

El viaje del Papa por el Rhin, considerado muy significativo por los católicos, empezó con un percance: la cruz que tradicionalmente acompaña las Jornadas de la Juventud y que se había montado en el barco, se cayó a consecuencia de una fuerte ráfaga de viento.

La cruz, que acompaña a todas las Jornadas Mundiales de la Juventud, fue regalada por el fallecido papa Juan Pablo II al movimiento que las organiza cuando instituyó esa celebración a mediados de los años ochenta.

En un discurso pronunciado en alemán, inglés, español, italiano y alemán, el pontífice dijo que “cuando se perfila en el horizonte de la existencia una respuesta como ésta (…) hay que saber tomar decisiones necesarias”.

“Es como alguien que está en una bifurcación: ¿Qué camino tomar? El que sugieren las pasiones o el que indica la estrella que brilla en la conciencia? “, dijo Benedicto XVI ante una muchedumbre, como la que narran los evangelios, que esperó a Jesús a la orilla de un lago.

El jefe de la Iglesia Católica destacó que “los Magos, una vez que oyeron la respuesta (Mateo 2,5), decidieron continuar el camino y llegar hasta el final, iluminados por esta palabra”.

“Desde Jerusalén fueron a Belén, es decir, desde la palabra que les había indicado dónde estaba el Rey de los Judíos que buscaban, hasta el encuentro con aquel Rey, que es al mismo tiempo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, dijo.

“También a nosotros se nos dice aquella palabra. Nosotros hemos de hacer nuestra opción”, propuso el jerarca católico a los jóvenes, como parte de su discurso en el marco de las XX Jornadas Mundiales de la Juventud que se realizan en Colonia del 16 al 21 de agosto.

Dijo que “esta es precisamente la experiencia que hacemos en la participación en cada Eucaristía. En cada misa, el encuentro con la Palabra de Dios nos introduce en la participación del misterio de la cruz y resurrección de Cristo y nos ingresa a la Mesa eucarística”.

Señaló que “en el altar está presente al que los Magos vieron acostado entre pajas: Cristo, el Pan vivo bajado del cielo para dar la vida al mundo, el verdadero Cordero que da su propia vida para la salvación de la humanidad”.

“Iluminados por la Palabra, siempre es en Belén -la “Casa del pan”- donde podremos tener ese encuentro sobrecogedor con la indecible grandeza de un Dios que se ha humillado hasta el punto de hacerse ver en el pesebre y de darse como alimento sobre el altar”.

“Podemos imaginar el asombro de los Magos ante el Niño en pañales! Sólo la fe les permitió reconocer en la figura de aquel niño al Rey que buscaban, al Dios al que la estrella les había guiado”.

“En él, cubriendo el abismo entre lo finito y lo infinito, entre lo visible y lo invisible, el Eterno ha entrado en el tiempo, el Misterio se ha dado a conocer, mostrándose ante nosotros en los frágiles miembros de un niño recién nacido”, dijo Benedicto XVI.

“Los Magos están asombrados ante lo que allí contemplan: el cielo en la Tierra y la Tierra en el cielo; el hombre en Dios y Dios en el hombre; ven encerrado en un pequeñísimo cuerpo aquello que no puede ser contenido en el mundo (San Pedro Crisólogo, Serm. 160,2)”.

“En estas jornadas, en este Año de la Eucaristía, contemplaremos con el mismo asombro a Cristo presente en el Tabernáculo de la misericordia, en el Sacramento del altar”, dijo Joseph Ratzinger, quien realiza su primera visita a su natal Alemania como Papa.

Comentó que al igual que los Tres Reyes Magos, continuaba su peregrinaje, y que se dirigía a la Catedral de Colonia.

Previo a su discurso, el Papa saludó en forma cálida y en medio de bromas a un grupo de muchachos vestidos con trajes típicos de sus países que se sentaron alrededor de él en la cubierta del barco.

Los jóvenes que viajan en el barco del Papa, en el que también iban altos dignatarios de la Iglesia Católica alemana, le dieron una alegre bienvenida con porras y agitando las banderas de sus países.

Fuente/Autor: El Universal online