Editorial

El deporte es más importante que la salud

El deporte es más importante que la vida

 En este mes el mundo del deporte nos ha emocionado con Copa América, Copa Oro, Eurocopa, Olimpiadas… que lindo poder gritar durante la pandemia que nos amenaza con la tercera ola en países como México, Brasil y Guatemala.

Muchos países aún no tienen acceso a la vacuna contra el covid-19 y tantos otros países no pueden disminuir su taza de mortalidad por este virus. Una de las razones es la falta de dinero para comprar vacunas y falta de recurso para producir las mismas. Por otro lado, el deporte no se frena y función, aunque que sea como en las olimpiadas de Tokio, a puertas cerradas.

Yo soy un cura amante de los deportes y me encanta verlo, especialmente en eventos internacionales. Pero nuestra saludad viene antes que “juegos sucios generadores de recursos económicos”.

En mi humilde opinión no queda duda que los eventos deportivos organizados a niveles nacionales e internaciones se preocupan por su propia economía y generación de ingresos. En otras palabras, muera quien muera, el balón tiene que seguir rodando.

Me encanta el deporte, pero en este momento histórico la salud es primero y estamos olvidando a las personas. La vida es el primer derecho o el fundamental, porque sin vida no se pueden tener todos los demás bienes: la educación, el trabajo, la amistad, etc. Y en un contexto en que amenaza el materialismo, hay que estar advertidos respecto del riesgo de querer negociar con la vida humana, ya que la vida humana no tiene precio. En este sentido afirma el Papa que “las cosas tienen un precio y son vendibles, pero las personas tienen una dignidad, valen más que las cosas y no tienen un precio”.

En resumen, mucha gente en este tiempo no quiere entrar ni ver una cancha de deportes, pero si gustaría tener acceso a la cancha de un puesto de salud, una clínica media, un hospital. Si manos al otro hay que cambiar de cancha, apagar la televisión y exigir al mundo que nos muestren otro canal.