Señor Jesús,
tú que eres el camino, la verdad y la vida,
aduéñate de mis pasos,
seduce mi libertad
Y ven a mi encuentro
para que siempre pueda elegirte
compañero.
Sal al paso de quienes
van por los caminos de este mundo
sin saber que tú caminas a su lado
y haz que, al descubrirte junto a ellos,
se dejen alcanzar por ti
y te acojan como Señor
que se ha hecho hermano.
Mira a los jóvenes de nuestra comunidad,
llama y escoge a los que quieras,
disipa sus dudas y sus miedos,
para que se atrevan
a seguirte en al ministerio sacerdotal
y te acepten como amigo.
Fortalece a tus sacerdotes
para que, en tu cercanía,
anuncien a todos los hombres,
sus compañeros, hermanos y amigos,
quien eres Tú.
Quédate con nosotros,
a través de ellos,
en la anochecida de este tiempo;
repártenos tu Palabra y tu Evangelio
Y pon en ascuas nuestro corazón;
con tu pan y con tu vino
andaremos el camino cada amanecer
para gritar que es verdad,
que estas en medio de nosotros, Resucitado
Fuente/Autor: Reflejos de luz