: 50.000 jóvenes rezarán por la vida, la familia y la paz.
Como en años anteriores el Movimiento Testimonio y Esperanza ha convocado a los jóvenes de México a participar de la Peregrinación Nacional Juvenil a la Montaña de Cristo Rey en Silao, Guanajuato, el próximo domingo 26 de enero. Se espera la participación de más de 50.000 jóvenes que rezarán por la vida, la familia y la paz, aspectos que hoy más que nunca es necesario atender en México, dice la convocatoria.
Según manifiestan los organizadores, hoy México se enfrenta a situaciones que atentan directamente contra nuestra identidad cristiana y humana, como lo son el aborto, el ataque a la familia, las luchas de poder, la violencia del narcotráfico y el embate de la delincuencia. Es por eso que con esta peregrinación queremos despertar en los jóvenes el deseo de dar un testimonio cristiano en cada uno de los ámbitos de su vida, para que sean fermento de mejores sociedades.
El lema de la peregrinación está inspirado en el que el Santo Padre eligió para la próxima Jornada Mundial de la Juventud: Recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis Testigos.
La parte central de la peregrinación será la celebración eucarística que presidirá el Arzobispo de León, Mons. José Guadalupe Martín Rábago. Participará también Mons. José de Jesús Martínez Zepeda, Obispos de Irapuato. Durante la celebración eucarística, que será retransmitida con cobertura mundial por el canal televisivo María Visión, los jóvenes renovarán su compromiso de de trabajar en la sociedad sobre los aspectos a los que hace referencia el lema.
Nuestro Movimiento Testimonio y Esperanza -afirma su presidente nacional Sergio Alberto Pérez Lucio- asumió la responsabilidad de organizar esta peregrinación anual desde hace 24 años. Cada año miles de jóvenes se reúnen en torno de Cristo y ven sus vidas desde la perspectiva de Dios en ellas y dan testimonio de lo que aquí conocieron contagiados del amor de Cristo. Pperegrinamos a la Montaña de Cristo Rey, en el centro geográfico de nuestra gran patria, testigo mudo de muchas batallas como la de aquellos jóvenes que hace 30 años dieron su vida, batallas que también han generado grandes mártires el último siglo, que supieron vivir y morir por Cristo Rey, que murieron con su nombre en los labios y que hoy nos invitan a vivir por él y, si fuera necesario, también a morir dando testimonio suyo, de manera que también nos encomendamos a su intercesión para que nos ayuden a vivir con su alegría y fortaleza, siendo amigos de Jesús, y sabiendo responder a las exigencias que hoy nuestro México, justamente, nos reclama como jóvenes católicos.
Fuente/Autor: Agencia Fides