Señor, me cuesta comenzar este día,
por que sé que es una nueva tarea,
un nuevo compromiso, un nuevo esfuerzo;
Pero quiero comenzarlo con entusiasmo,
con alegría reestrenada, con ilusión nueva.
Sé que estás a mi lado: en mi familia,
en mis amigos, en las cosas, en mi propia persona.
Gracias por este nuevo amanecer.
Gracias por este nuevo empezar.
Gracias por esta tu presencia.
Quiero sembrar paz, solidaridad,
amor entre mis hermanos.
Y sé, Señor,
que esta tarea la comienzan cada día
muchos hermanos de cualquier punto de la tierra;
y eso me alienta y empuja.
También te pido por ellos,
y con ellos te digo: ¡Buenos días, Señor!