La ruta olvidada
En el corredor del Pacífico viajan alrededor de 300 mil migrantes al año. El trayecto es el más largo y carente de ayuda humanitaria, y la falta de socialización del problema hacen que el tema permanezca como un tabú en Guadalajara, una estación de paso
En el principal corredor migratorio del planeta existen tres rutas posibles: la del Golfo, el Centro y el Pacífico.
Y es que a pesar de que ésta última es la menos insegura resulta ser la más exhaustiva y tiene una insuficiente ayuda humanitaria.
El organismo FM4 Paso libre, Dignidad y Justicia en el Camino AC afirma que esta ruta es la que menos albergues y comedores tiene a disposición de los migrantes.
El organismo FM4 Paso libre, Dignidad y Justicia en el Camino AC afirma que la ruta del pacífico es la que menos albergues y comedores tiene a disposición de los migrantes
De hecho, esta asociación civil lleva poco más de 5 años trabajando en Guadalajara, ciudad en la que el flujo de migrantes aumentó tras los brotes de violencia en los recorridos más comunes.
La vía más corta y utilizada es la que cruza los estados de Veracruz, Tamaulipas y Nuevo León. El promedio de días de viaje son siete.
Pero aunque no existan los mismos riesgos, la ruta del pacífico enfrenta sus propios problemas.
Porque para cruzar la ruta occidental o del pacífico en la que está Jalisco y su capital se necesitan entre 25 y 30 días, por lo que las condiciones de hambre y agotamiento minan la condición física de los indocumentados.
Y es que recorrer casi cuatro mil kilómetros desde Chiapas hasta la frontera de Tijuana con el poco apoyo humanitario significa un riesgo que aumenta los problemas de salud de los viajeros.
La mayoría viaja porque tiene una familia que mantener en su país de origen.
Mario Cerritos, graduado como Perito Mercantil, viaja a Houston y planea llegar en cuatro días a la frontera. Lleva 12 día montando a La Bestia desde que salió de La Ceiba, Honduras.
Viaja con 2 mil 400 pesos mexicanos que cambió por 3 mil 500 lempiras, cantidad que apenas supera el salario mínimo en México.
Pero Cerritos se las tiene que ingeniar para conseguir hospedaje y otros costos adicionales que un trabajador estable no tiene.
Por otro lado, últimamente un descanso obligado para las 400 mil personas que viajan anualmente en esta vía con destino a Estados Unidos montados en el tren, es Guadalajara.
Sin embargo solo una asociación civil que trabaja en condiciones frágiles les ofrece apoyo en su corta estancia.
Esto porque autoridades locales y estatales no han ofrecido apoyo a esta asociación.
Desde 2007, FM4 Paso libre, Dignidad y Justicia en el camino AC palia las necesidades básicas entregando ropa, alimentos, servicio telefónico y baño a estos viajeros del centro y sur de América.
Los voceros de la asociación señalan que es difícil conocer las cifras del aumento del flujo migratorio por la ruta que atraviesa Jalisco, pues existen condiciones ajenas que hacen variar la cantidad de personas que llegan a Guadalajara.
Afirman también que las condiciones de xenofobia y poco apoyo son comunes en la ciudad a pesar de que en 2008 se reformara la Ley General de Población para evitar la criminalización de las personas en condición de migrantes.
Y es que a diferencia de ciudades como Saltillo, Coahuila, donde la problemática del paso de migrantes ya está sociabilizada y muchos actores locales, como la Iglesia Católica, brindan apoyo, en Guadalajara prevalece una imagen negativa contra estos viajeros.
Mucho se debe en parte a lo reciente del problema y a la inseguridad que incrementó en la zona donde tradicionalmente se alojan migrantes.
Así las cosas, el fenómeno de paso por la metrópoli tapatía sigue siendo un tabú entre sus habitantes y autoridades locales.
Y es que, al ignorar el fenómeno de la falta de ayuda humanitaria contribuye al círculo vicioso, que orilla a algunos a cometer delitos para no convertirse en víctimas de los que ya delinquen en la zona.
El factor negativo: entre realidad y xenofobia
Los transmigrantes que pasan por Guadalajara han ido de ser fantasmas urbanos a poco a poco sumarse al paisaje local.
Con mochila y cobija al hombro, los migrantes principalmente centroamericanos se ven en los cruces de los semáforos en la zona sur y centro de la ciudad, sitios en donde algunos han encontrado un nicho para mendigar comida o dinero.
Si bien su estancia en la ciudad suele ser corta, en algunas colonias se quejan de que ha aumentado el número de incidentes de violencia e inseguridad.
El trayecto de las vías del tren al interior de la ciudad está circundado por poco más de siete colonias de los municipios de Guadalajara y Tlaquepaque.
En la colonia Jardines del Bosque, una de las zonas más tradicionales de Guadalajara, es en donde, por su cercanía con las vías del tren y la poca iluminación de las calles, se han registrado numerosos atracos.
Datos de la Procuraduría General del Estado de Jalisco refieren que en los últimos tres meses se han reportado 15 denuncias penales por delitos de robo a negocio, a personas, a cuentahabientes y a tiendas de autoservicio.
El robo a personas ha sido la causa principal de las denuncias, al menos la mitad de los casos reportados ha sido por dicho delito.
La incidencia de robos del tercer trimestre del 2012 es casi el doble a los denunciados en 2011, pues de abril a junio de 2011 se registraron apenas 6 casos de robo, la mayoría a personas.
Pero, aún cuando las cifras indiquen un aumento en el número de denuncias de robo, eso no implica que sea motivado por la presencia de más migrantes.
En lugares industriosos, pero marginales como las colonias Ferrocarril, el Fresno y la Morelos -en donde se registra presencia contínua de migrantes-, los índices de robo son históricamente superiores a los de Jardínes del Bosque.
De hecho los reportes de robo se han sostenido en el tercer trimestre de 2011 y 2012.
Solo en las colonias el Ferrocarril y Morelos, en el mes de junio de este año se reportaron dos denuncias penales por robo a negocio, personas y tiendas de autoservicio. Mientras que en 2011 la cifra ascendió a cinco denuncias penales por los mismos delitos.
Fuente/Autor: Esteban Contreras, Paloma Robles