“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

GOETHE
Milagros
01/27/2020
EU: el fracaso migratorio
01/27/2020

Editorial

Dios mío, ¿seré yo alguna vez el primero?

27 de enero de 2020

Iba yo a ponerme en camino cuando ya venías Tú hacia mí.
Quería yo correr hacia Ti, pero vi que corrías a encontrarte conmigo.
Yo deseaba esperarte, pero supe que ya me estabas Tú esperando.
Deseaba buscarte, y vi que ya estabas Tú en mi búsqueda.
Llegué a pensar: ¡Eh, ya te he encontrado!, pero me sentí encontrado por ti.
Cuando yo quería decirte: te amo, te oía decirme: ¡Cuánto te quiero!.
Yo quería elegirte y ya me habías elegido Tú.
Yo quería escribirte cuando tu carta llegó a mis manos.
Deseaba vivir en ti y te descubrí viviendo en mí.

Iba a pedirte perdón, pero tuve la certeza de que ya me habías perdonado. Quería ofrecerme a ti, cuando recibí el don de ti mismo, entero.
Anhelaba ofrecerte mi amistad, y recibí el regalo de la tuya.
Yo quería llamarte: “Abba, Padre” y te adelantaste a decirme: “Hijo mío”.
Yo quería desvelarte toda mi vida interior, y te encontré revelándome las profundidades de tu ser.
Deseaba invitarte al corazón de mi vida, y recibí tu invitación a entrar en la tuya.
Deseaba regocijarme de haber vuelto a ti, y te sentí regocijado por mi retorno.

Fuente/Autor: Reflejos de luz

Comments are closed.