México, D. F. 19 de Mayo de 2008
A todos los lectores de este artículo.
Los saludo en la paz y alegría de nuestro Señor.
La presente es para informar al querido lector o lectora, la misión que la Iglesia presta a favor de nuestros hermanos y hermanas migrantes en quienes nosotros vemos y creemos que está el mismo Señor Jesús.
La Iglesia cumple un mandato divino que su Señor Jesús le ha dejado, según el Evangelio de Mt 25, 35-40: Jesús dice: Vengan benditos de mi padre porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era un extraño, y me hospedaron; le preguntan a Jesús ¿cuándo fuiste un extraño y te hospedamos, o estuviste desnudo y te vestimos. Jesús responde: Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños conmigo lo hicieron.
La Iglesia obedeciendo y sirviendo a su Señor ha atendido y sigue atendiendo a los y las migrantes que cruzan nuestro territorio en busca de una vida mejor, jamás ha tenido otra intención que no sea la de servir, cuidar, amar y atender al propio Jesús que se presenta en la persona de cada migrante que llega a nuestras casas-albergues y comedores de migrantes.
Hacemos un llamado a la sociedad civil, a nuestros gobiernos y a las propias comunidades parroquiales, para que en éste espíritu de servicio procuremos un mundo humano para los y las migrantes cuyo único interés es buscar un bienestar para ellos y sus familias.
A través de este comunicado de prensa queremos solicitar a nuestras hermanas y hermanos lectores que cuiden y protejan a nuestros hermanos y hermanas migrantes, a las casas-comedores y albergues de la iglesia católica que hospedan migrantes en todo el territorio mexicano, que oren por los voluntarios, los responsables de las casas, de los comedores, de los albergues y de quienes entregan su vida al servicio de los y las migrantes.
Pues estos, han compartido también con nuestro Señor Jesús los sufrimientos de la misión a través de amenazas, de intimidaciones de la misión, la cual mal interpretan como negocio, pollerismo etc., sin entender la misión humanitaria y de solidaridad que la iglesia realiza a favor de los más necesitados.
Ruego pues a todas y todos ustedes hermanos y hermanas en Cristo, a ustedes Instituciones Gubernamentales, y a toda la gente de buena voluntad para que nos empeñemos en atender a Señor Jesucristo presente en cada migrante que llega a nuestras casas a solicitar un poco de descanso para continuar su camino.
Que nuestro Señor Jesús y su Madre Santísima sigan bendiciendo su misión, a los y las migrantes y a cada agente de la Pastoral de Migrantes que entregan su vida por el Evangelio.
En Cristo,
Mons. Rafael Romo Muñoz
Arzobispo de Tijuana y Responsable de la
Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana
ÁREA PASTORAL DE MIGRANTES
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Fuente/Autor: Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana