Es increíble, pero históricamente cierto, lo rápido que se vació de significado el 12 de octubre, proclamado unilateralmente como Día de la Raza, y cómo fue atacado, aun con radicalidad exagerada, para que fuese borrado como efeméride o fecha digna de recuerdo. Y, sin embargo, la disyuntiva étnica y racial de nuestro ser de mestizo, en toda América Latina, es un reto que seguimos enfrentando, y que pugnamos por asumir y superar en sus contradicciones, porque la mayoría de nosotros, los indoamericanos mestizos, somos una realidad pujante, que en momentos cruciales experimentamos «el dolor de la raza», que bien calificó alguien con clarividencia. Somos mexicanos Nos definimos desde un inicio. Coincidimos hondamente con el jesuita Francisco Xavier Clavigero, el gran […]