La Jornada de este año lleva como lema Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia un lema que el Obispo de Córdoba considera muy acorde con el Año de la misericordia proclamado por el Papa Francisco ya que si acogemos la misericordia de Dios en nuestros corazones, seremos capaces de ser misericordiosos con los demás.
Esta JMJ se celebra en Cracovia, país natal de San Juan Pablo II, quien puso en marcha estas Jornadas Mundiales de la Juventud desde 1984.
Su persona, su ejemplo, su intercesión ya como santo estarán especialmente presentes en esta Jornada de Cracovia. Y a él nos encomendamos y le pedimos interceda por los jóvenes de nuestro tiempo, apunta el Obispo.
Los jóvenes de todas las épocas necesitan referentes en sus vidas y necesitan encontrarse con los jóvenes de su misma generación para estímulo de su fe y de su compromiso, asegura Mons. Fernández.
Subraya además que en estas Jornada muchos jóvenes han sido tocados por Dios en su corazón para tomar decisiones que marquen su futuro.
En ese sentido el Prelado recuerda que de las Jornadas Mundiales de la Juventud anteriores han surgido vocaciones cristianas a todos los estados de vida.
Muchos matrimonios cristianos, consagrados en el seguimiento radical de Cristo para el servicio de los hermanos en servicio a los últimos y sacerdotes (¡y obispos!) han sentido la llamada de Dios en un encuentro de este tipo, a dejarlo todo para servir a los demás con el corazón de Cristo, comenta.
Por eso el Obispo de Córdoba anima a acompañar con nuestra oración y sacrificios esta Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia 2016, para que traiga muchos frutos a nuestra diócesis y a la Iglesia universal.