…y únicamente donde se ve a Dios, comienza la vida.
Sólo cuando encontramos en Cristo al Dios vivo, conocemos lo que es la vida.
No somos el producto casual y sin sentido de la evolución.
Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios.
Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario.
Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo.
Nada hay más bello que conocerlo y comunicar a los otros la amistad con Él…
Fuente/Autor: Benedicto XVI