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Mundo Misionero Migrante

Una frontera de quejas

27 de enero de 2020

Las quejas presentadas contra la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos por uso innecesario de fuerza y por abuso físico en la frontera con México han aumentado, según datos oficiales revelados a BBC Mundo a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA).

De acuerdo con cifras de la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés), desde 2004 se presentaron 3.880 quejas contra la Patrulla Fronteriza en la frontera con México por toda clase de abuso: desde acoso y amenazas hasta uso indebido de fuerza y maltrato físico y sexual.

En esos cuatro años, el incremento en el número de quejas contra la agencia por todo tipo de motivos en la frontera con México fue de 6,6%, mientras que las quejas específicas por maltrato físico se dispararon a 17%.

Lloyd Easterling, portavoz de la Patrulla Fronteriza, aseguró a BBC Mundo que la gran mayoría de sus miembros cumplen sus funciones con profesionalismo y sentido ético, pero aceptó que estos datos son preocupantes.

“Nuestros líderes siempre han dicho que los actos que desacreditan el trabajo de los otros, de faltas a la integridad y actos de corrupción, son comparables con la traición. Nos hacen quedar mal a todos”, puntualizó.

De las 3.880 quejas presentadas en la frontera suroeste en los pasados cuatro años, 686 corresponden a quejas por maltrato físico. Las víctimas de los supuestos abusos son inmigrantes sin papeles, residentes legales y ciudadanos estadounidenses.

“Están habiendo más y más abusos por parte de las autoridades. No podemos acusar a la mayoría de la Patrulla Fronteriza, pero hay un incremento dramático de aquellos agentes que sí lo están haciendo,” afirmó Enrique Morones, director de Ángeles de la Frontera, una organización de derechos humanos que ayuda a los inmigrantes en San Diego, California.

Arizona es uno de los casos más graves. Según los datos recaudados por BBC Mundo, este estado registra el mayor número de quejas contra elementos de la Patrulla Fronteriza por maltrato físico. En el periodo comprendido entre 2004 y 2008 el incremento fue de 30%.

Programa “condensado”

Según Jennifer Allen, directora ejecutiva de la Red de Acción Fronteriza en Arizona, mucho tiene que ver con el hecho de que se incorporaron a cerca 6.000 nuevos agentes en los dos últimos años, acción ordenada por el presidente George W. Bush.

“Podemos atribuir parte del problema a los cambios en el entrenamiento que reciben los agentes”, afirmó.

De acuerdo con la Patrulla Fronteriza, el número total de horas de entrenamiento no ha disminuido desde el mandato presidencial, pero según un estudio publicado recientemente por la coalición Border Task Force, el programa de entrenamiento se ha condensado de 19 a 17 semanas.

Además de las críticas al entrenamiento, existen dudas sobre el proceso que usa la corporación para revisar el historial de la gente que contrata.

Según T.J. Bonner, director del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, sindicato que representa a 14 mil oficiales y personal administrativo, todas las corporaciones que son presionadas para crecer tan rápido, terminan tomando atajos y contratando a individuos “que no tienen por qué estar usando un uniforme, portando una pistola o una placa oficial”.

Más aún, la llegada de tanto personal ha provocado que hagan falta agentes con experiencia para supervisar adecuadamente a los recién llegados, según indica un reporte de la Oficina de Rendición de Cuentas (la GAO), el brazo investigativo del Congreso.

“El plan de la Patrulla Fronteriza de reclutar a un número sin precedente de nuevos agentes en los próximos dos años podría dañar la habilidad de los sectores encargados de proporcionar una supervisión y un entrenamiento adecuados”, explicó la GAO en un informe de marzo de 2007.

Agentes veteranos

Este informe afirma que, idealmente, debe existir un agente veterano supervisando a cada 5 nuevos, pero en los hechos, dice el informe, sólo hay un agente experimentado supervisando a grupos de entre siete y hasta once agentes nuevos.

Pero ya sea o no que estas quejas están relacionadas al rápido incremento de la agencia, lo que es indiscutible es que el nivel de violencia en la frontera ha aumentado en todos los niveles.

Los ataques violentos contra los agentes a nivel nacional también han escalado, superando los 1.000 incidentes el último año, según el Jefe de la Patrulla Fronteriza, David Aguilar.

Estos ataques van desde ataques con piedras a explosiones de bomba molotov.

Sin embargo, según defensores de derechos humanos, el total de quejas formales contra el organismo es apenas la punta del iceberg.

“La comunidad inmigrante tiene miedo de quejarse porque piensan que los de la Patrulla Fronteriza van a buscar venganza. Tienen miedo, no quieren problemas”, dijo Kat Rodríguez de la Coalición de Derechos Humanos en Arizona.

“Nos cuentan historias pero muchos no quieren repórtalo formalmente”, enfatizó.

La Patrulla Fronteriza insiste en que siempre motiva al público a presentar quejas formalmente y que cualquier alegato sobre abusos es tomado con seriedad; se han realizado reuniones y reflexiones dentro de la fuerza para lidiar con el problema.

“Nadie detesta más a un agente sucio que otro agente”, dijo el portavoz Easterling.

Pero Jennifer Allen, quién sostuvo un encuentro hace poco con funcionarios de la Patrulla Fronteriza en Washington DC, le dijo a BBC Mundo que ella no esta tan convencida del compromiso de las autoridades para lograr cambios.

“No tienen los medios a nivel nacional para identificar ningún patrón de abuso de lo que les es reportado, lo que significa que no pueden hacer cambios con base en estas quejas”, concluyó la defensora de inmigrantes.

Fuente/Autor: Notimex

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