Lazo que une, pero no aprisiona.
Estrella que guía, pero no deslumbra.
Torrente que quita la sed, pero no ahoga.
Mirada que escruta, pero no juzga.
Palabra que avisa, pero no atormenta.
Fuego que calienta, pero no quema.
Manto que cubre, pero no sofoca.
Mano que acompaña, pero no fuerza.
Oasis que sosiega, pero no entretiene.
Corazón que ama, pero no exige.
Ternura que protege, pero no sujeta.
Porque eres imagen de Dios,
precisamente por eso.