Editorial

EL BEATO SCALABRINI Y EL FESTIVAL DE LA HERMANDAD Y LA PAZ

Yo digo…

El Beato Juan Bautista Scalabrini, Padre de los Migrantes, observaba con preocupación y emoción los grandes movimientos migratorios de su época. El hecho que conmocionó profundamente su alma fue el duelo al ver partir a sus connacionales rumbo a Brasil, Argentina y Estados Unidos. Hoy, la nueva estación del tren de Milán, Italia se encuentra en los países de América Latina y Caribe, donde se da el inicio del sueño más allá de las fronteras, lugar de salida de miles de familias pobres con sus hijos, trabajadores, jóvenes con sus pocas pertenencias parten en la búsqueda de un futuro. A diario miles de Centro Americanos esperan el momento para abordar el tren de los sueños, con el alma hecha trizas y con el corazón entre las manos.

La lucha con fe de Scalabrini abrió la posibilidad para responder a los signos de los tiempos. Siempre ha abogado que las migraciones son una riqueza para los países receptores. Por eso, siempre luchó por la defensa de los derechos humanos de los migrantes en los lugares donde iban a trabajar. El FESTIVAL DE LA HERMANDAD Y LA PAZ es un gesto de solidaridad hacia los migrantes, donde se hace conciencia a los Estados, que al recibir a los migrantes están recibiendo una verdadera dádiva humana, económica y cultural.

Desde la intuición de Scalabrini, podemos afirmar que el corazón de Dios no conoce fronteras, ni barreras físicas o legales, para detener los sueños esperanzados de los migrantes. No es demás insistir que la acogida digna es el cumplimiento del amor hacia los migrantes, golpeados por las leyes y políticas migratorias. De esta forma, estaremos vivenciando lo que el mismo Jesús ha predicado en el Evangelio: “fui migrante y me recibiste con compasión en tu patria”. El migrante es una riqueza para los pueblos, un sacramento que nos motiva a vivir los valores del compartir en solidaridad y en comunión. La razón principal de la labor de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, es denunciar los aspectos deshumanos, suscitados por la xenofobia y el racismo. Hoy, más que nunca, urge globalizar las leyes y políticas migratorias en el estricto apego a los derechos humanos, promoviendo la libre movilidad de todas las personas, derecho ratificado en los convenios y tratados de las Naciones Unidas y aceptados por los Estados. Es por ello, que el Festival de la Hermandad y la Paz es un espacio intercultural, multicultural de denuncia y anuncio.

Fuente/Autor: Padre Mauro Verzeletti, cs