Editorial

DESDE EL SEMINARIO SAN CARLOS DE GUADALAJARA, JAL.

Por Fausto Martínez
I.
La historia de México cuenta que muchos hombres murieron
Y la muerte canta y canta pues todos al infierno se fueron.

México contento ya estaba
Pues de los europeos se libraba
más no contaba con Román que a los chavos conquistaba.

Don Miguel Hidalgo gritaba
¡Libertad, libertad sagrada!
En el seminario perdimos ese puesto que es la jaula sagrada.

Chavos piensen bien su decisión
que ni el diablo pagaría por pasar
con padre Ernesto lo que es tan solo un día.

II.
Scalabrini en el cielo esta ríe y ríe de contento
pues sabe que sus seminaristas trabajan a más de un 100 %.

Ernesto pide al diablo que entierre a sus seminaristas insolentes
mas no sabe que hasta la muerte de vernos nos pela los dientes.

José Manuel Fuentes
I.
Con los nervios de punta el rector por el seminario
se paseaba mas no se imaginaba
que la muerte lo esperaba.

No, gritaba el rector desesperado
mas la muerte le contestaba que ya tenía su lugar preparado.

La muerte despiadada por el claustro se paseaba,
viendo a todos los gorditos, pues a ella le interesaban.

Deteniéndose en el cuarto 5, a Fausto ella miraba,
para tomar las medidas del cajón que nesecitaba.

Ya que Chemo y Acapulco, resultan ser de guerrero,
a la muerte no le queda tan lejos para llevarlos al agujero.

Los seminaristas muy nerviosos por las calaveras se encontraban
pobres de mis compañeros hasta la muerte los asustaba.

Álvaro Domingo
I.
Estaba la calavera alegre y sonriente
cuando llega Julio y le dice devuélveme mis dientes.

II.
Estaba la calavera levantándose del sepulcro
va y toca la puerta del panzón de Acapulco.

III
Estaba la calavera repartiendo volantes
para invitar a la convivencia al os 3 postulantes.

IV
Andaba la catrina por todo el seminario,
sale Sergio de su cuarto y le quita su rosario.

Sergio lloraba y lloraba eso le hacia daño,
le dio una tremenda diarrea y salió corriendo al baño.

A la pobre exquisita le pico una viborita.
Fueron días amargos,
pues no pensó que fuera el venenos de Marcos.

Anselmo Campusano
I.
Estaba la muerte y Guillermo sentados en un carrizal
comiendo tortillas dura para poder engordar.

II.
Mexicano si hubieras corrido no te hubieran alcanzado,
pero como no corriste ahora te llevan cargando.

III.
Hoy es día de todos los santos,
dice un loco como Fausto son muchas las calaveras y pocos los camposantos.

IV.
Calavera vete al monte.
No, señores, por que espanto.
Pues, ¿a dónde quieres irte?
Yo, señores, me voy con Marcos.

Fuente/Autor: Seminaristas del Seminario San Carlos de Guadalajara, Jal.