A últimas fechas hemos vivido en México unas jornadas bastante difíciles en cuanto a tormentas se refiere y a diferentes huracanes que nos han azotado.
Prender la televisión o escuchar las noticias por la radio o leer los periódicos o el Internet, perece una copia todos los días y la República Mexicana resiente los embates de la naturaleza que parece descargar toda su furia contra nosotros.
Por cualesquiera de los dos lados del territorio nacional, nos llueve sobre mojado ya que no termina una tormenta tropical o un huracán cuando ya está otro esperando. Las inundaciones y los desbordamientos de ríos y presas se han vuelto noticia todos los días al mismo tiempo que los deslaves.
Las causas parecen ser muchas, aunque principalmente se dice que se debe al sobrecalentamiento global, del cual se ha venido hablando mucho al respecto desde hace tiempo. También hay quienes atribuyen esto a un castigo divino o es visto como una de las señales de las que tanto se habla que presagian el fin del mundo. Lo que sí es cierto, es que cada vez la furia de la naturaleza desencadena tormentas contra muchos lugares del mundo y especialmente contra el nuestro.
Tal vez sea momento de pensar seriamente cuánto contribuimos al desgaste ecológico, y cuánto estamos colaborando para tratar de frenar el fenómeno del calentamiento global para poder tener mejores condiciones climáticas las cuales nos afectan seriamente.
Cada uno necesitamos hacer algo para ayudar a la naturaleza a recobrar su cauce natural antes de que sea demasiado tarde. Ojalá que despertemos conciencia de que está en nuestras manos seguir conservando nuestro planeta.
Fuente/Autor: Padre Chan, cs