todos los días hasta el fin del mundo.
Estas con nosotros, Omnipotencia divina, con nuestra fragilidad.
Estas con nosotros, amor infinito, que nos acompañas en todos nuestros pasos.
, protección soberana y garantía de éxito en las tentaciones.
, energía que sostiene nuestra vacilante generosidad.
, en nuestras luchas y fracasos,
en nuestras dificultades y pruebas.
en nuestras decepciones y ansiedades para devolvernos el coraje.
en las tristezas para comunicarnos el entusiasmo de tu alegría.
en la soledad como compañero que nunca falla.
en nuestra misión apostólica para guiarnos y sostenemos.
para conducirnos al Padre
por el camino de la sabiduría y de la eternidad. Amén.