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Editorial

25º Aniversario Scalabriniano en México

27 de enero de 2020

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Homilía del Padre Provincial, Padre Antonio Tapparello, dentro de las Celebraciones de Plata de los Misioneros de San Carlos en México.

En el marco del Centenario de la muerte de nuestro Fundador Beato Juan Bautista Scalabrini, celebramos el 25º aniversario de nuestra presencia en México. Celebrar un aniversario significa revivir nuestra historia que nos impulsa a buscar siempre nuevos caminos en la misión de anunciar el Evangelio del Reino al mundo de migración. La palabra de Dios proclamada en esta Eucaristía nos lleva a entender mejor nuestra misión entre los migrantes: ser pastores y samaritanos. Ezequiel describe el buen pastor que cuida y vela por su rebaño, que reúne y apacienta, cura y conforta a sus ovejas.

Creo que no es nada pretencioso si afirmo que nuestra presencia en México nació de la constatación y experiencia pastoral en Estados Unidos, especialmente en Chicago, donde varias de nuestras parroquias italianas habían abierto sus puertas a los migrantes de habla hispana. En la segunda mitad de los años setenta algunos religiosos empezaron a adelantar la idea que para una mejor atención pastoral a los migrantes hispanos deberíamos tener misioneros de su misma raza y cultura.

Al inicio de nuestra fundación en México se subrayó mucho la promoción vocacional con algunas líneas operativas bien definidas:
1) Darnos a conocer en México,
2) Involucrarse y cooperar con los programas de promoción vocacional diocesanos,
3) Involucrarse y cooperar con los programas de pastoral juvenil diocesanos,
4) Establecer un programa de acompañamiento vocacional.

Ahora 25 años después de la llegada de los primeros misioneros Scalabrinianos, constactamos que este plan dio sus frutos. Por eso hoy damos gracias a Dios por las muchas vocaciones que nos ha enviado y por las Casas del Migrante que nos ha concedido fundar. Además damos gracias a Dios porque la Congregación promovió, en estas tierras Mexicanas, la preocupación y la conciencia por las múltiples causas del fenómeno migratorio poniéndose en el camino con los migrantes ministrándoles el vino y el aceite del buen samaritano.

El samaritano de la parábola con su acción encarna lo que significa hacerse prójimo del pobre herido y abandonado. La parábola encarna de modo magnífico la propuesta de solidaridad de Jesús, presentada en su formulación extrema: “El amor al prójimo como a uno mismo debe llegar hasta el máximo, no tiene límites”.

Nosotros los Scalabrinianos buscamos vivir el mandamiento del amor sin límites en el servicio específico a los migrantes. El Beato Scalabrini – así como el Samaritano tuvo compasión del hombre golpeado pelos salteadores – se conmovió delante del sufrimiento de los migrantes que salían de la estación de Milán rumbo a las Américas. Scalabrini no solo buscó aminorar el sufrimiento socorriendo los migrantes en sus necesidades materiales y espirituales, sino que también estudió las causas la migración: la pobreza, la injusticia social, el desempleo… A través de conferencias y escritos no solo buscó un mayor conocimiento del fenómeno migratorio, sino que también denunciaba la situación degradante y denigrante de los migrantes: “la caridad cristiana y la civilización actual nos imponen poner un límite a un estado de cosas tan deplorable e indigno”. Además trabajó incesantemente para conseguir una transformación social en beneficio de los miembros más vulnerables de la sociedad.

Creo que celebrar 25 años de historia nos debe llevar a la fuente de la fidelidad al carisma y del espíritu misionero que ha impulsado a tantos Scalabrinianos a mirar nuevos horizontes y fundar nuevas misiones. En esta perspectiva miramos hacia el futuro con mucha esperanza, sabiendo que el espíritu nos conducirá a seguir en las huellas de Scalabrini Pastor y buen samaritano de los migrantes.

Fuente/Autor: La Redacción

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