Testigos de esperanza para un humanismo marítimo inspirado cristianamente.
Mensaje a la gente del mar al término del .
Gdynia, Polonia.
Desde Gdynia, en Polonia, en donde los miembros del Apostolado del Mar, se reunieron para su XXII Congreso Mundial, organizado por el Pontificio Consejo para la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes, se lanzó un mensaje de solidaridad para la gente del mar.
Nosotros conocemos y denunciamos junto a vosotros – se lee en el mensaje – la existencia de numerosas situaciones inhumanas, que se perpetúan en el mundo del mar: seres humanos que viven todavía en grandes injusticias, indescriptibles sufrimientos y muertes inhumanas. Al mismo tiempo sabemos que muchos de vosotros viven los auténticos valores de la solidaridad y de valentía, como también que se dan, en sus embarcaciones, coexistencias amigables entre personalidades, culturas y religiones diferentes. También sabemos que las nuevas tecnologías los ayudan a comunicarse mejor con sus familias, entre vosotros y con la opinión publica…
Por estas y otras razones, tenemos que ser solidarios con vosotros, en testimonio de esperanza. La Iglesia es consciente de ser esa frágil embarcación en el cual navega la esperanza, que no es solamente una palabra, una idea, un sueno. Como cristianos nosotros creemos que la esperanza es Alguien, que lleva el nombre y el rostro de Jesús el Salvador, la Esperanza del mundo.
Jesús nos hace mensajeros de su alegría, nos enseña a amar a Dios como nuestro Padre y a adorarlo como nuestro único Dios, nos conduce hacia los más necesitados, para meternos a su servicio, como testimonios de su amor. El nos impulsa de estar tres formas inspiradas por su Espíritu, a promover un humanismo marítimo vivificado por la Esperanza cristiana. Por Ella, no se trata de tener suceso ni de hacer, sino de ser, de vivir una vida verdaderamente humana, como Dios la quiere para nosotros, que somos creados a su imagen.
A través de la Esperanza cristiana, el Señor nos pide que seamos Su Palabra, que vive y resuena, a través de nosotros, en el mundo marítimo; Cristo nos pide que adoremos al Creador, que respetemos lo creado, que demos vuelta la espalda a los falsos ídolos, que celebremos aquel Dios que nos hizo para Él y que imprimió en nuestros corazones el sello del infinito, que Dios nos de en la Eucaristía, su presencia real y, en la Liturgia, signos fuertes de esperanza, alegría y nueva fuerza; Cristo nos pide que sirvamos a la gente del mar allí donde nos encontremos, detrás de la opinión pública, de los diversos responsables y de las comunidades cristianas, a fin de que esas personas y grupos humanos no se queden a las orillas del mar, sino que estén atentas a aquellos que van mar adentro y viven del mar y de su cultura.
El mensaje concluye agradeciendo a todos los agentes pastorales que participan, de modos diversos, a la vitalidad del Apostolado del Mar, y confirman de nuevo el compromiso de promover aquel humanismo marítimo que, gracias a la Palabra de Dios, a la Liturgia y al Servicio, especialmente por los pobres, hace de nosotros testigos de esperanza, en solidaridad con la gente del mar.
P.D. El Apostolado del Mar hace parte de la misión espécifica de los Misioneros de San Carlos. Alrededor del mundo atendemos a los Marineros en diferentes puertos, como Buenos Aires, Santos, Río de Janeiro y Manila entre otros.
Fuente/Autor: Fides